Vivir en Punta produce un cambio en nuestra calidad de vida y la de nuestras familias. El único error que mencionan los que ya viven en su entorno de naturaleza es no haberse decidido antes. Si solo nos animamos a un breve período de long stay de prueba no nos vamos nunca más, y es cuando se calma la euforia de la alta temporada, que despiertan la paz y el disfrute, con menos autos, gente amable, amaneceres y sus conciertos de aves, sanas y reflexivas caminatas por sus ramblas y pasarelas, con aires marinos yodados, que hace más de cien años los médicos recomendaban como curativos, y la recuperación de ese valiosísimo tiempo y la libertad de su uso. En las grandes ciudades perdemos más de mil horas por año (tres por día) en el enjambre y laberinto de las calles y sus atascos. Nunca podremos recuperarlo.
Si trabajamos y estudiamos para vivir mejor, para lograr una mayor frecuencia de experiencias sensoriales placenteras positivas para nosotros y nuestras familias, hoy, las grandes ciudades con su tsunami de millones de autos, sus ruidos y sus gases tóxicos, no son el ambiente apropiado para lograr calidad de vida. Nuestra felicidad y salud están muy directamente vinculadas a los entornos naturales, ya que está en nuestro adn. La memoria genética se formó durante los más de dos millones de años que lleva el ser humano en este planeta. En sólo 50 años no es posible adaptarnos a los frecuentes ruidos de alarmas y bocinas, inseguridad, aires contaminados, campos electromagnéticos que afectan nuestra salud despertando estrés, hipertensión, insomnio y hasta ataques de pánico.
El mito que repiten los mal informados es: “¿Y qué hago yo en Punta todo el año?”. La realidad es que hay tan variadas y numerosas actividades, que tus días pasan volando entre deportes, arte, familia, amigos, paseos y negocios, y una comunidad internacional de muy alto nivel cultural de gentes del mundo, con los que se pueden compartir asados, pescar embarcados, golf, tenis, ballet, surf, kitesurf, y lo que tu imaginación o vocación te inspire. La vida natural en Punta te equilibra y sana tu mente, tu cuerpo responde mejor y despierta tu creatividad. Las escapadas a la región y el mundo son una buena combinación si tus finanzas te lo permiten.
Hoy Punta del Este, además de sus variados entretenimientos para todas las edades, shoppings, aeropuertos y fácil acceso, ofrece excelentes institutos de enseñanza públicos (gratuitos) y privados de todos los niveles, centros de salud y el inicio de un excelente sistema de seguridad con más de 400 cámaras y software de última generación, calles limpias y canteros llenos de flores, y el plan de reubicación de los asentamientos. Una significativa razón adicional es el bajo costo de vida entre marzo y diciembre: los alquileres de esos diez meses pueden ser equivalentes al de un solo mes (enero) o sea, menores que en Buenos Aires y Montevideo. Algunos colegios bilingües ofrecen becas del 50%, las ferias ofrecen frutas y vegetales frescos a bajo costo y Uruguay ofrece ventajas fiscales muy convenientes para rentas universales de retirados jubilados extranjeros, en comparación con los altos impuestos de otras regiones del mundo.
En Punta del Este, los contactos internacionales abren puertas a nuevos negocios y además, los ejecutivos del presente hacen todo a través de las redes. Hoy es buen momento para invertir porque se encuentran valores atractivos. (Hay quienes venden antes sus propiedades en las ciudades).
No podemos cambiar nuestro pasado, pero si renovarse es vivir, lo mejor está por venir. Para dormir bien y despertarse mejor hay que decidirse a rejuvenecer en Punta, naturalmente. Nos sorprenderemos al descubrir que somos ricos en el mayor capital que nos da esta vida: naturaleza, salud y la libertad de vivir creativamente nuestro tan valioso tiempo.