Los especialistas no ven una rebaja generalizada de precios pero ya hablan que las operaciones se concretan con quitas significativas.
En Uruguay, los primeros casos de coronavirus empezaron diez días después que en la Argentina. La pandemia está dando una curva muy plana y los casos nuevos se redujeron hasta un dígito.
El panorama inmobiliario es distinto que el de la Argentina. No ha sido dictada una cuarentena obligatoria sino una recomendación de aislamiento social. Uruguay apostó a mantener la economía funcionando y apelando a la racionalidad de su gente. Poco a poco se han ido reactivando casi todos los componentes de la economía salvo colegios y shoppings.
Gustavo Pereira, titular de la comercializadora uruguaya Amarras, asegura que el mercado inmobiliario estuvo "stand by" en marzo. "Luego trabajamos mucho asesorando clientes e inversores interesados en Residencia Fiscal en el Uruguay, Zonas Francas, y exenciones impositivas". explica.
Durante abril, como en todos lados, los inmobiliarios uruguayos se hicieron expertos en Zoom. "En mayo ya pasamos a modo comercial con un buen volumen de consultas. Los parámetros de nuestras webs comenzaron a crecer. Las inmobiliarias comenzamos a trabajar normalmente adaptados al protocolo", dice.
El especialista asegura que las consultas se concentraron en casas y chacras. Nadie quiere pasar un día más en un departamento. "Estamos cerrando operaciones más que nada con uruguayos y cerrando reservas digitales con extranjeros esperando concretar en cuanto se abran las fronteras el 15 de junio".
Todos los datos muestran que no hubo una baja generalizada de valores en el mercado y que se han mantenido estables, aunque las operaciones realizadas se concretan en valores de entre un 10 a un 20 % menos respecto de los anteriores.
"Coronavirus mediante, en términos económicos, pensamos que el efecto va a ser puntual y seguramente tengamos una V (ve corta) en nuestra gráfica del PBI. No hay riesgo de perder la estabilidad, la actividad se contrajo pero también las empresas tuvieron grandes bajas en sus costos", señala Pereira.
El desarrollador explica que algunos efectos económicos de la pandemia se sintieron menos gracias a mecanismos del Estado como el Seguro de Paro (que paga los sueldos a los empleados durante cuatro o seis meses). "Eso es un alivio y contribuye a que los cierres de empresas sea mínimos. El retroceso va a ser inevitable pero en un escenario controlado y previsible", acota.
