Ciclos de música en entornos de naturaleza excepcionales, un nuevo parador que propone llegar en barco por paisajes cautivantes, una instalación de un artista norteamericano pensada para desconectar, cine y pintura con los pies en la arena (entre otras propuestas)/La idea: estar en un lugar, con todo el cuerpo, conocer gente nueva, sonidos nuevos, que no agarremos el celular ni para sacar una foto.
Quizás sea una de las lindas cosas que dejó la pandemia, esto de buscar experiencias que conecten, más allá de un buen plato de comida o de un rico trago, que nos hagan estar en un lugar, con todo el cuerpo, que nos den lugar para conocer gente nueva, sonidos nuevos, que nos hagan estar ahí, tan presentes, que no agarremos el celular ni para sacar una foto.
Que tengamos que acordarnos de los detalles para contarle luego a algún amigo cómo estuvo esa experiencia, sin videos para mostrar ni nada para googlear. Porque el verano también cambió, y la tendencia - según constatamos en MALEVA desde Uruguay -, es la de ir hacia esas experiencias en las que los escenarios, ya sean naturales o no, son tan protagonistas como las propuestas que allí se ofrecen.
MÚSICA CON LOS PIES DESCALZOS EN LAS MUSAS: UNA CHACRA MARÍTIMA DONDE CONVIVEN LA NATURALEZA, EL PLACER Y LA CALMA. / ¿DE QUÉ SE TRATA EL CICLO MUSICAL MINI FEST CERCANÍAS?
"Es la primera vez que toco el piano descalzo, lo lindo es que siempre hay lugar para lo nuevo en esta vida" dijo Leo Sujatovich con las manos en el piano y los pies descalzos en el piso de una sala de yoga frente a un tajamar. La luna llena se reflejaba en el agua y el sonido de las ranas acompañaba las melodías que generosamente Leo compartía con un grupo de 30 personas que tuvimos el privilegio de escucharlo.
Estamos en Las Musas, una chacra marítima a tres kilómetros de José Ignacio, donde su anfitriona Sandra Perelmuter tiene además un viñedo, casas de huéspedes y un estudio de yoga. Estamos en el Mini-Fest Cercanías, un ciclo de encuentros musicales que sucede durante todo enero y febrero e invita a descubrir artistas de Brasil, Uruguay y Argentina.
El curador de este ciclo es Octavio Bugni y su productora OTO Music House. Sujatovich, que fue pianista del flaco Spinetta, está improvisando, a través de relatos que los invitados previamente le enviaron por Instagram o por email. La consigna era "improvisar la vida", proponiendo melodías al piano a partir de experiencias de otros. La encargada de las visuales es Sofía Córdoba, una uruguaya que vivió unos años en Europa y que hace poco regresó a Montevideo para continuar con su carrera artística. Sofía y Leo se conocieron esa misma noche, y sin embargo las imágenes que ella pasaba y las canciones que él tocaba se fundían en una experiencia de esas que uno no va a olvidar.
Es tiempo de calma, al fin, en esta ciudad balnearia que elegí como casa hace más de dos años. O quizás la calma aún no llegó del todo, pero esta noche la puedo encontrar. Sentada en una sillita de meditación, con los pies descalzos y las piernas estiradas, cierro los ojos y me dejo llevar por los relatos, y por la música. La naturaleza está presente también en sonidos, en la brisa de verano que entra por la ventana, en el reflejo de la luna sobre el tajamar.
Es que ahora son estas las actividades que busco hacer aquí: experiencias que combinen artes con gastronomía, con naturaleza, con cercanías, como bien dice el nombre del festival. Después de una versión del tema Hoy Nací de Manal y de Seguir Viviendo Sin Tu Amor de Spinetta, el público pidió un bis y el pianista se sentó a hacer un tango de Piazzola, Preludio Para el Año 3001.
Salimos de la sala y nos espera una mesa larga que me hizo acordar a las grandes mesas de comida de navidad, con ensaladas frescas de arroz y mango, couscous con pesto, pepino, tomates, quesos, hummus de remolacha, panes de campo, y una barra con vino de Las Musas. Además, de los fuegos salía el clásico chivito uruguayo reversionado con chimichurri y pan de masa madre.
Nos sentamos en almohadones sobre el pasto, bajo las estrellas, y nos disponemos a conversar, en voz más bien baja, sin querer interrumpir a la naturaleza, llevándonos esos sonidos en el cuerpo. Los artistas se unen a nosotros, se sientan a contar cuentos y anécdotas de viajes, músicos, y todo fluye, en este pequeño oasis en plena temporada.
Este ciclo, que cursa su segunda edición, continúa durante todo enero y febrero con un lineup que incluye a Juanita Fernández Trío, Loli Molina, Nico Ibarburu, Hernán Jacinto Trío, Martín Sued & Alan Platcha dúo y más.
XTRM: DONDE LAS MUJERES DJ - EN ATARDECERES SOBRE EL MAR -, TIENEN EL PROTAGONISMO.
También en José Ignacio, Posada Ayana y Ronda de Mujeres presentan XTRM "programa musical de verano" donde las mujeres DJ tuvieron especial protagonismo, aunque no se trató de un ciclo solo de mujeres, sino de un ciclo de DJs que tenían algo nuevo para mostrar y, sobre todo, nuevas estrategias para hacernos bailar. O quizás sea una combinación, de atardeceres sobre el mar, en un espacio que te hace sentir como en casa, con música que te hace viajar.
La última fecha estuvo Anita Álvarez de Toledo en la mágica terraza de Posada Ayana, mientras Justo Sánchez Elía con su Laboratorio Alquímico ATY proponía otras formas de tomar tragos con aceites esenciales destilados in situ. El ciclo continúa durante todo enero y febrero con artistas como Uji, entre otros. La entrada a XTRM propone también un ticket en conjunto con una visita a Ta-Khut, instalación del artista norteamericano James Turrel, el mismo que tiene su obra en la Bodega Colomé de Salta, que se encuentra al lado de Posada Ayana.
UNA PIRÁMIDE DEL ARTISTA NORTEAMERICANO JAMES TURREL QUE INVITA A UNA DESCONEXIÓN PROFUNDA DONDE LA MEDITACIÓN ES PARTE DE LA EXPERIENCIA.
Esta instalación que inauguró este verano, invita a una experiencia inmersiva con la luz del atardecer o el amanecer, en la llamada hora mágica. Una visita adentro de la pirámide de mármol, de una hora de duración, es suficiente para transformarnos y alterar los sentidos. La experiencia nos sumerge en diferentes colores, donde la meditación es parte de la experiencia incluso si uno no medita o no está acostumbrado a estas actividades de relajación. Los primeros quince minutos, las personas sacan su celular para capturar fotos, videos, selfies, a pesar de que la recomendación es la de apagar el celular, pero después el clima cambia, la gente conecta con los colores que van cambiando de uno a otro de manera sutil casi imperceptible. Un ejercicio de la percepción que te ayuda si necesitás aclarar tus ideas... Al salir, el cuerpo se siente relajado, el cerebro respira, la liviandad se siente y la creatividad está a flor de piel.
Los Kofler, que están detrás de todos estos proyectos hermosos, son una familia austríaca que se enamoró de José Ignacio y que construyó en él su pedacito de paraíso y que generosamente lo comparte, con turistas y locales, con una hospitalidad maravillosa, en todos los detalles, pero sobre todo en sus constantes sonrisas.
PELÍCULAS INDEPENDIENTES DEL MUNDO TODOS LOS MIÉRCOLES (CON CHARLA INTRODUCTORIA Y COCKTAIL DE BIENVENIDA).
Todos los miércoles ofrecen un ciclo de cine curado por Juan Pittaluga, bajo el tema: cómo las películas nos hacen viajar, las decisiones que tomamos hoy moldean nuestro futuro. Así, Ayana Cine Club proyecta películas africanas, japonesas, indias, y de otros países, todas independientes. La cita invita a entrar en un clima creativo, con una charla introductoria y un cocktail de bienvenida, la proyección y un debate posterior acompañada de una cena liviana del país de origen de la película.
En esa mesa redonda, donde todos se escuchan y donde las opiniones y reflexiones son más fuertes que cualquier otro aspecto de las personas asistentes, genera un espacio para llegar a conocer a las personas en otros niveles, todo bajo un ambiente respetuoso, conectado con el arte.
EL BELLÍSIMO Y FLAMANTE PARADOR DEL FASANO LAS PIEDRAS AL QUE SE LLEGA LUEGO DE UNA MAGNÍFICA NAVEGACIÓN POR UN PAISAJE SILVESTRE CON UNA VEGETACIÓN ÚNICA.
En La Barra, Fasano Las Piedras también se reinventó después de un año y una temporada anterior con fronteras cerradas, abrió un parador en la playa de la desembocadura pero lo mejor de todo es que se puede llegar a almorzar en una lancha eléctrica desde el hotel, por el arroyo Maldonado, hasta la playa. Son 10 kilómetros recorriendo un paisaje y una vegetación única en el humedal, con avistaje de aves y otro punto de vista en el Este.
También en el arroyo, las noches de luna llena, Natalia de Espacio Samsara ofrece salidas a remar en tablas de stand up paddle (SUP), un deporte que se puso de moda hace algunos años. La propuesta incluye reunirse en la playa al atardecer, una mini clase introductoria de lo que es el SUP, clase de yoga al atardecer flotando sobre las tablas con meditación de cuencos tibetanos y, cuando baja el sol, una salida a remar hasta que se haga de noche. Se espera la salida de la luna y luego se vuelve a la playa para compartir entre todos una comida y brindis con vino y kombucha, bebida favorita de los yoguis del Este. Además, los miércoles y domingos Natalia sale a remar en grupo con encuentros de SUP y Yoga durante el día.
MÁS CINE EN EL CHIRINGUITO OCEAN PARK (EN MODO MUY CHILL, CON UNA CAIPI Y UNAS PAPAS FRITAS) Y EL CICLO DE COPAS Y BROCHAS.
Otras actividades que vale la pena hacer en este ritmo de temporada donde la clave es disfrutar con todos los sentidos es el ciclo de cine en el Chiringuito Ocean Park con un ticket económico que incluye una caipi y unas papas fritas, mirando una película de cine independiente bajo las estrellas y con los pies en la arena y el ciclo De Copas y Brochas, donde un artista invitado te guía en una experiencia de soltar la creatividad y pintar o dibujar mientras se disfruta de una buena copa de vino con una picada.