La nueva Punta del Este: de la Saint Tropez latinoamericana a la tierra prometida del wellness agreste

8 de marzo de 2022

La expansión de la costa hacia el este abre un abanico de increíbles posibilidades para quienes buscan ecosistemas verdes, huertas y contacto con el aire puro. Por qué es el destino ideal para combinar descanso, gastronomía y espacios coworking en medio de la naturaleza.

Punta del Este siempre maravilla a quienes la visitan. Desde la Punta hacia Laguna de Garzón, la costa esteña se abre con un abanico de opciones para turistas de todo el mundo que, desde fines de los 80, eligen este lugar para vacacionar y hasta tener una casa de verano para visitar el resto del año. Para los argentinos, es un paraíso que siempre llama la atención por su cercanía, calidad de la gente y la diversidad que ofrece en materia de descanso y gastronomía.

Desde hace ya unos años, aquella zona de la Barra que supo tener todo su esplendor a la hora de combinar playa y actividades nocturnas quedó como una postal de una época pasada. La oferta esteña se fue extendiendo, diversificando y, en cierta forma, aggiornando a los tiempos que corren. Después del desarrollo de Manantiales, apareció José Ignacio, el lejano pueblito de pescadores que en ese entones ofrecía un poco más de calma al ruido de la Barra. Hoy, José Ignacio ya no es tan lejano y tampoco tan tranquilo. Si bien conserva el aire agreste de sus comienzos, tiene competidores que van más allá, hacia el este, como Laguna de Garzón.

En los últimos años, se han desarrollado hospedajes que son verdaderos oasis para los turistas más exigentes. Ahora, la variable nueva que domina es lo verde, el campo y la chacra. Hay playa, claro. Pero también se impone la huerta y los caballos. “Punta del Este va hacia lo agreste y eso tiene que ver con que hay una vuelta necesaria a las raíces”, dice a Infobae Sebastián “Toti” Gattas, un conocido emprendedor inmobiliario de 56 años que nació allí y pudo atestiguar con sus propios ojos el cambio y su desarrollo.

“Sin dudas, la expansión de Punta del Este es hacia el este y el noreste. Si bien toda la zona de Solanas ha crecido, la expansión grande es hacia el este. La Barra, luego vino Manantiales y Punta Piedras. Ahora, entre Punta Piedras y José Ignacio, hay un montón de desarrollos en lo que es Balneario Buenos Aires. La Juanita creció un montón, Santa Mónica también, es como un anexo de José Ignacio. Toda la zona entre José Ignacio y Laguna de Garzón va a seguir creciendo con restaurantes maravillosos ocultos entre los bosques. Hay mucha tierra para desarrollar y buen gusto que mantener. Hay un montón de lugares vírgenes de Rocha que van a seguir creciendo y con estos puentes que hay ahora, es todo muy cercano”, explica Gattas, quien nació en el Sanatorio Cantegril en 1966 y vivió su infancia en la Parada 7, un barrio que desarrolló su abuelo. Gattas se refiere al primer barrio que se desarrolló en Punta del Este, Pine Beach, y que hoy sigue vigente.

“Recuerdo poner monedas en las vías del tren, lugar por el que me dejaban ir a la Punta caminando. Era lo más seguro y directo hacia allí”, dice este hombre que ya con 18 años trabajó en varios emprendimientos que fueron furor en los años 90.

“En los 2000, un grupo de jóvenes arquitectos comenzaron a desarrollar chacras que se volvieron una tendencia en la zona. Todas con tecnología y amenities que hacen que esa gente sienta que vive en su lugar en el mundo. Todo dice eso, que encontraron su lugar en el mundo. Gente que vive en Mónaco con chacras acá; parisinos con chacras acá, y así con italianos, franceses, holandeses. De todas partes del mundo, enamorados de lugares escondidos y divinos. Ahora se vive todo eso, en medio de lo agreste. Es poder ir a un restaurante en José Ignacio en shorts. Esa simpleza de vida creo que, con la clase y el buen gusto, es un combo maravilloso”, dice Gattas.

Punta del Este y agreste

La costa esteña ofrece mucho y solo hace falta “perderse” para descubrir lugares únicos donde el verde, el mar y el silencio son parte de un ecosistema que enamora. Un lugar que, sin dudas, tiene todo esto es Fasano Las Piedras. En total son 480 hectáreas con aeropuerto privado, campo de golf de campeonato de 18 hoyos de Arnold Palmer; Campo de polo; Centro ecuestre; River Club y Boat House; Club de Campo; Huerta orgánica; Club de Niños; Finca Las Piedras y el Hotel Fasano Punta del Este con toda la estructura de servicios y amenidades reconocidos internacionalmente.

Se trata del primer y único desarrollo en Uruguay en contar con aeropuerto privado que se inauguró esta temporada. Posicionado como destino premium, Punta del Este es otro de los focos de los desarrolladores para incentivar la combinación entre el crecimiento hotelero e inmobiliario.

El emprendimiento está ubicado en las inmediaciones de las playas de La Barra, la Península y José Ignacio, el área bordea el arroyo Maldonado por más de 3 kilómetros. En su nueva fase de expansión presenta nuevos lotes, residencias, villas y chacras.

Wellness workshops, yoga y pilates

Para quienes buscan el espíritu libre y la conexión con la naturaleza, estas son las dos claves que sobresalen en Selina Hotel, que nació del deseo por celebrar el estilo de vida nómada: experimentar los lugares más increíbles del planeta, construyendo comunidades e invitando a relacionarse con locales y otros viajeros, para trabajar y disfrutar de nuevas aventuras.

Diferentes instalaciones de artistas de renombre ayudan a crear una atmósfera ideal para instagreamear cada momento. Desde eventos musicales semanales y sesiones acústicas a orillas de la pileta, Selina ofrece wellness workshops, yoga, barre, pilates mat, entre otras actividades.

Para las noches de verano propone cine al aire libre. Para los más aventureros, clases de surf y skate. Además cuenta con una selección de productos ideales para viajeros y nómadas bajo la premisa de cuidar el medio ambiente y conceptos de well being.

Este hotel propone un espacio de co-working para los viajeros que tienen que trabajar aún en vacaciones. La premisa de este lugar es brindar a todos sus huéspedes un acceso global para facilitar su estilo de vida nómade. Cuando los invitados entran, automáticamente se sienten como en casa. El diseño sofisticado y cómodo de la propiedad invita a todos a pasar largas horas charlando, trabajando y compartiendo con los demás.

Desde eventos musicales semanales y sesiones acústicas a orillas de la pileta, Selina ofrecerá wellness workshops, yoga, barre, pilates mat entre otras actividades.

Cabalgatas, paintball, arborismo y tirolesa.

Las Garzas es definitivamente un espacio pensado para el sosiego natural. Ubicado en Rocha, Uruguay, su diseño remite a un estilo de chacra agreste y campos silvestres, pero con el diferencial de sus exclusivas playas de más de 2 kilómetros de extensión.

Se encuentra en una zona única, a sólo 15 minutos de la vida social y gastronómica de José Ignacio, con un acceso totalmente asfaltado y de conexión directa a través del puente.

De sus 240 hectáreas, la mitad corresponden a áreas comunes y el resto fue dividido en lotes de 2.700 m2 en promedio, con vistas exclusivas al mar desde sus terrazas naturales que descienden escalonadamente hacia el agua. Este ambiente natural conserva el espíritu sencillo, pero exclusivo, preservando la tranquilidad de la zona y la belleza natural de su entorno: el mar, la forestación y la fauna autóctona.

Ingresar a Las Garzas es introducirse en la naturaleza autóctona de aroma silvestre, donde las ondulaciones del terreno, las míticas cárcavas y el sonido del mar transmiten la majestuosidad de un paisaje inigualable.

Los amenities se encuentran especialmente diseñados para que cada día tenga su encanto: beach club, pileta para adultos y niños, jacuzzi, sala de estar, restaurant, sala de masajes, sauna, playroom infantil, servicio de playa, deck sobre el mar, gimnasio con vestuario, bicicletas y canchas de tenis. Además, durante la temporada es posible disfrutar de diferentes actividades para todas las edades, tales como yoga, cabalgatas, paintball, arborismo y tirolesa.

Puestas de sol y cabalgatas

Las Cárcavas es un desarrollo inmobiliario de lujo frente al mar, que comprende 16 Bungalows a entregar llave en mano, y 24 chacras marítimas (lotes de unos 9.000 metros cuadrados cada uno). Con vistas al océano en la espectacular costa de Rocha, el complejo está a sólo 15 minutos de José Ignacio y a una hora del aeropuerto internacional de Punta del Este.

Las Cárcavas transmite naturaleza, paz y tranquilidad. Con instalaciones de primer nivel, desde un club de playa y un solárium frente al mar, hasta una cancha de tenis de césped natural. También hay una piscina para relajarse y un jardín para perderse caminando. Los más aventureros no pueden perderse las cabalgatas con la puesta del sol.

Las Cárcavas ofrece un estilo de vida armonioso y sofisticado entre bosques y lagos. Allí, la flora y fauna nativa se mezclan en un particular paisaje, erosionado por el tiempo, cuyas grietas conforman las cárcavas de la costa uruguaya. Este selecto reducto de exquisita simpleza incluye: beach club, cancha de tenis de césped, pileta exterior, grill house, servicio de playa, palenque, juegos para niños y servicio de conserjería preferencial para clientes. Para el próximo año proyectan la construcción de tres nuevos bungalows y la apertura al público de su restaurante.

En línea con su espíritu slow, Las Cárcavas propone a sus visitantes disfrutar de cada momento en contacto con la naturaleza. Siguiendo este concepto, la construcción de los bungalows incorpora materiales sustentables que se integran a los espacios verdes circundantes.

Aires caribeños

Posada Tamarindo es otro lugar que deslumbra por su naturaleza. Con el nombre de un árbol de origen africano, nace la posada en el corazón del pueblo de José Ignacio.

Ubicada en diagonal a la tradicional plaza, a pasos del faro, de las rocas y de las playas brava y mansa. Con aires caribeños, la posada está rodeada de grandes palmeras y abundante vegetación en sus espacios de circulación.

El must es el roof top con una inigualable vista al faro, al océano y a todo el pueblo. El arquitecto argentino Javier Gentile, radicado en el este hace muchos años, fue quien diseñó el proyecto tanto a nivel exterior; la zona de piscina y bungalow; como el interior: 12 habitaciones en suite y una villa. Además de los aspectos arquitectónicos, la decoración en general; el mobiliario, luminarias, adornos, textiles y demás fueron diseñados o seleccionados especialmente.

Además, la posada ofrece diversas amenities para toda la familia. Sus servicios incluyen desayuno, piscina exterior climatizada, servicio de bar a la piscina, juego de toallas para la playa, sesiones de masajes y organización de eventos especiales entre otros. Quienes visiten Tamarindo, sin dudas podrán relajarse y dejarse llevar por la naturaleza, la arena y el mar en los más cómodos sillones, reposeras y camastros. Un lugar para sentirse realmente de vacaciones.

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