La familia propietaria de la naviera agrandará Tío Tom, su complejo de cabañas 'todo incluido'. El 90% de los huéspedes son argentinos y para Semana Santa está todo vendido. Qué amenities sumará.
Con una inversión inicial de u$s 3 millones, los dueños de Colonia Express preparan un mega proyecto para ampliar el único all inclusive de Punta del Este, Uruguay, ubicado en Portezuelo, sobre la Ruta Interbalnearia km. 115.5, a 20 minutos del centro de Punta del Este.
La familia propietaria de la naviera -que se fundó en 2008 y compite con Buquebus- agrandará Tío Tom, el complejo hotelero de bungalows que inauguró en 1968 sobre la playa y rodeado de bosque, y que en 2022 adoptó la modalidad de 'todo incluido' tras un desembolso de u$s 500.000.
El plan incluye varias etapas. La primera contempla la incorporación de una piscina cubierta y climatizada de cara a la próxima temporada. En la actualidad, funciona una al aire libre. Además, habrá canchas de paddle.
La siguiente fase está prevista concretarse en un plazo de dos años e incluye más piscinas. "Serán estilo caribeñas, con bajada a la playa. Imagino un circuito de varias piletas y spa", adelantó Roberto Planas, CEO de Tío Tom y hermano de Sebastián, presidente de Colonia Express.
En esa instancia, se sumarían más habitaciones, para pasar de 70 a 120 unidades aproximadamente. Están equipadas con aire acondicionado, frigobar, microondas y TV led. Además, tienen un porche al frente con vista al parque y el mar, y lugar para dejar un auto.
"Tenemos espacio para ampliarnos hacia adelante de las que ya están, con la opción de que se puedan adaptar, dividiéndolas para alojar a menos huéspedes o uniéndolas para cuando los grupos son más grandes", anticipó Planas.
También habrá canchas de tenis y un segundo piso de restaurante como consecuencia del aumento de las plazas. Este nivel balconearía a la playa. Hoy, el restó ofrece servicio buffet y menús temáticos. Por ahora, todo sería dentro del mismo predio de cuatro hectáreas, que, además de la piscina, contiene zonas comunes como un aérea de snacks con barra, gimnasio, teatro para los shows nocturnos y espacios para actividades deportivas como clases de yoga y zumba.
En una tercera instancia, al cabo de esos dos años, se incorporaría un edificio con departamentos y más habitaciones, subsuelo, estacionamiento y centro de convenciones, para triplicar la capacidad de huéspedes, además de ofrecerle un espacio al personal para alojarse. En las fechas de más demanda, el complejo emplea a 170 personas.
La intención de Tío Tom es abrir todo el año (solo funciona en temporada alta) y competir contra destinos como Brasil y el Caribe. "Los clientes nos comparan con propuestas de all inclusive como la del Club Med Río das Pedras. Además, competimos con las zonas céntricas de Punta del Este", explicó Planas.
El 90% de los huéspedes son argentinos y para Semana Santa ya está todo vendido. El resto de los visitantes son uruguayos y brasileños. Una vez que termine el fin de semana extra largo, cerrará hasta noviembre, cuando arrancará la temporada 2024/2025. El próximo año espera poder funcionar los 365 días.
Con una ocupación que este verano no bajó del 98%, el precio por noche de una cabaña para cuatro personas (dos adultos y dos menores) ronda los u$s 550. La tarifa incluye alojamiento, comidas y bebidas, actividades recreativas y servicio de playa (sombrilla y reposeras). La contratación suele ser por una semana, de sábado a sábado, aunque también toman reservas por menos días.
"Nuestro foco son las familias. Por eso, adaptamos las actividades según la edad de los grupos que vienen. Con la adopción del formato all inclusive, buscamos resolverles las vacaciones a través de una oferta completa de comida y entretenimiento. Apuntamos a la fidelización: casi el 50% de los que nos visitan vuelven", explicó Planas, quien se inspiró en conceptos de la cadena Club Med, como el 'kids club', en el que el equipo a cargo de la recreación cena con los niños.
En un contexto en el que muchos argentinos buscan seguir vacacionando en el exterior, especialmente en Uruguay, pero alejados de las multitudes, el establecimiento esteño apunta al público que busca descanso y control de sus gastos. Para eso, ofrece facilidades como distintos medios de pago y plazos de tiempo para abonar.
Por su ubicación, se dirige no solo a los que pueden llegar en auto, sino también a los que viajan en otros medios de transporte: se puede ir en vehículo propio (son 350 kilómetros desde Buenos Aires), cruzar desde la Ciudad a Colonia del Sacramento en barco y llevar el auto en la bodega, ir en ferry y tomar en Colonia el bus de Colonia Express que para sobre la ruta a dos cuadras de la entrada, o ir en avión (Tío Tom está a tres kilómetros del aeropuerto).
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• Fuente: El Cronista
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