El Enjoy -ex Conrad- celebra su 25 aniversario en el balneario uruguayo; cómo la institución transformó a la ciudad elegida por miles de argentinos.
En la parada 4 de la Playa Mansa, sobre la rambla Claudio Williman, todos los días de verano hay olor a pasto recién cortado. Frente al mar que rompe tranquilo, los aspersores trabajan en las primeras horas de la mañana. Y así lo hacen desde hace 25 años. El corte de cinta fue, según consta en los registros de la historia esteña, el 13 de noviembre de 1997. Con la presencia del entonces presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, se inauguró el Enjoy (ex Conrad), el hotel que llegaría a convertirse en emblema y cambiar la vida en Punta del Este.
El hecho se dio 90 años después del bautismo de Punta del Este como tal. A finales de los 90, en el barrio de La Pastora, se alzaba un reducto de algunas construcciones ubicadas entre las playas Mansa y Brava. En una zona de canchas de fútbol, los locales recuerdan ver jugar a la Banda del Golden Rocket –Adrián Suar, Julián Weich y Diego Torres— en sus ratos libres entre grabaciones. Allí se puso el primer ladrillo.
Los fernandinos marcan el punto de quiebre. El Conrad —hoy, Enjoy— abrió sus puertas al público hace un cuarto de siglo y hoy es el segundo empleador más grande de Maldonado, pero su historia comenzó mucho antes de eso. Cuando los trabajos de construcción entraban en su última fase, en 1996, se lanzó una convocatoria sin precedente en el área de Maldonado en busca de personal para el mega hotel.
Durante tres días, más de 5000 personas de todas partes de Uruguay pasaron por un proceso de entrevistas en el Campus de Maldonado para formar parte de la empresa estadounidense que llegaba al balneario esteño.
“Tuve cuatro horas de espera en mi entrevista —recuerda Rosana Betancur, quien hoy sigue trabajando en el hotel Enjoy—. Era tanta la demanda de trabajo que tenían, que se olvidaron de mí”. Y agrega: “Recé tantas veces mi rosario que ya no sabía qué hacer, hasta que me avisaron que había ingresado mal mi número de teléfono”.
El despliegue de un gigante
El hotel de estilo futurista es todo universo en sí mismo. En total, tiene 17 pisos con 296 habitaciones, todas con balcón y vistas a la playa Mansa, a la península o a la playa Brava.
El lugar se consagró con clientes de la región —especialmente de la Argentina y Brasil—, pero también del mundo entero. Además del casino, que está abierto las 24 horas con cientos de slot y más de 70 mesas de ruleta, póker y Black Jack, los shows de todo tipo son parte de su ADN desde sus inicios.
El plantel fijo de empleados incluye una nómina de casi 1000 trabajadores, que durante la temporada de verano se incrementa en casi un 50%. Un cuarto del total de colaboradores del Enjoy trabajan en el lugar desde su apertura, en 1997.
Andrea Vidal, gerente de Ama de Llaves, lleva 26 años en la compañía. Y es que, si bien el corte de ribete fue el 13 de noviembre, su camino en el Enjoy comenzó en octubre de 1996. En diálogo con LA NACION, la mujer asegura que todavía siente fresca el agua de lluvia que cayó el día de la fase de entrevistas. “Renuncié a mi trabajo en Montevideo y me vine a vivir acá”, asegura.
Cinco lustros después, su historia no es la única. Laura López, croupier del casino del Enjoy hace más de un cuarto de siglo, llegó a la institución con 24 años en busca de un trabajo de verano que se extendió toda su vida. “El primer día todos compartíamos los mismos nervios. Era una belleza ver las salas llenas, la alegría de la gente —dice—. El plus que tenemos es la calidad humana”.
Años dorados
Fines de los 90 y el comienzo del cambio de milenio quedaron marcados en la memoria colectiva de muchos argentinos y de los trabajadores del hotel. La reminiscencia se observa con cierta nostalgia. “Estaban los desfiles de Giordano, las figuras argentinas e internacionales… Era increíble, te daban cinco o diez pesos argentinos, ¡y era una fortuna!”, recuerda Leonardo Loevenich, mozo del restaurante Las Brisas, emblema del hotel.
Y detalla: “Lo primero que sentimos fue una gran ilusión, se sintió algo de otro mundo. Llegué de Montevideo con 24 años, acostumbrado a vivir de otra manera, con otros trabajos y esto era un pequeño monstruo que prometía mucho y cumplió con creces”.
Susana Giménez, Marcelo Tinelli, los hermanos Gustavo y Hugo Sofovich, Antonio Gasalla, Guillermo Francella. Son solo algunos de los nombres de figuras argentinas que recuerdan los trabajadores como visitas permanentes. Muchos de ellos siguen firmes, especialmente la diva de los teléfonos, quien durante el invierno llevó la obra de teatro Piel de Judas al cartel del Enjoy de la mano del productor Gustavo Yankelevich.
Desde sus inicios, celebridades de talla internacional han elegido el buque insignia del Este, al punto tal que la suite más lujosa del Enjoy (una habitación de 300 metros repartidos en dos pisos que cotiza unos 7000 dólares la noche) lleva el nombre Luis Miguel. Se trata de la suite preferida del Sol de México, quien durante años fue habitué no solo como artista, sino como huésped.
Los trabajadores del hotel recuerdan algunos de los caprichos del músico: “No pasó desapercibido. Quería mucha privacidad, nadie lo podía ver a los ojos y mantenía mucha distancia”, precisan y enumeran una la lista de exigencias. La habitación debía ser mantenida a una temperatura de 23°C; se debía encender velas con perfume de vainilla para aromatizar el ambiente; decorar con arreglos de coloridas flores, mientras que el tequila Patrón Añejo era un infaltable. ¿El pedido más llamativo? El ventanal de dos pisos debía ser cubierto en su totalidad para no permite un ápice de luz al cuarto.
Luis Miguel, Shakira, Gloria Estefan, Liza Minelli, Ricky Martin, Pamela Anderson, Ivete Sangalo, Paul Anka, Roberto Carlos, Julio Iglesias, Olivia Newton John, Kenny Rogers, Donna Summer. La lista, dicen los que llevan 25 años allí, es que resulta imposible nombrar a todos sin olvidar a alguno. “Un verdadero lujo”, definen los trabajadores del lugar.
Entre las anécdotas más recordadas, los colaboradores del Enjoy rememoran una con Roberto Carlos, quien este fin de semana vuelve para celebrar los 25 años. “Roberto Carlos hizo esperar a toda su audiencia hasta la medianoche para empezar el show ya no quería cantar un viernes 13″, repasan, y detallan un episodio durante la visita del músico Bob Dylan. “Salió en bicicleta vestido de mujer para que ningún paparazzi lo descubra”, aseguran.
El cliente, siempre primero
El despliegue también se trasladaba a la ambientación. “Si querías hacer una fiesta temática del Titanic, por ejemplo, se hacía un barco adentro del hotel y se decoraban todos los salones ambientados como la película [de James Cameron]”, repasa Vidal.
Así, durante las noches de verano se lograron despliegues de todo tipo. “Llegamos a llenar un salón de arena con camellos para agasajar a los clientes en una fiesta de ‘Las mil y unas noches’, además de disfrazarnos cada año para recibir a los 2000 invitados en fiestas inspiradas en Casablanca, Cirque du Soleil, entre otras temáticas”, sostienen.
“[El hotel Enjoy] marcó un antes y un después en la vida de Punta del Este —define Silvina Luna, quien fue directora de Marketing del Conrad durante 19 años—. Transformó [la ciudad] completamente. Quebró su estacionalidad, la activó comercialmente y la convirtió en un destino más atractivo durante todo el año para un público más global. Trabajar en esa transformación fue un desafío increíble”.
“Acá siempre nos enfocamos en que el cliente es lo primero”, observa Vidal.
Las pretensiones no son una limitación excluyente de los artistas. Un cliente brasileño —cuya identidad fue preservada—viaja todos los meses al Enjoy. Allí es recibido con copas de su champagne preferido, aunque en condición particular: Dom Pérignon revuelto (para así eliminar las burbujas) y a temperatura ambiente. Recibido de otra forma, la bebida es devuelta.
Otro de los clientes que se ha vuelto parte del elenco estable requiere que la estructura de la cama sea desarmada. “Le gusta tener la cama bien bajita, sobre el piso”, explican, y señalan que otro pidió almohadas tan peculiares que debieron ser encargadas. Se guardan en un depósito y se usan solo cuando el cliente viene de visita.
Presente y futuro
El último semestre, a pesar de que el mundo recién se acomoda después de dos años de pandemia, el Enjoy marcó el mejor semestre de su historia. Los números son, de acuerdo al gerente general Ignacio Sarmiento, en parte un efecto rebote. “La principal fuente de ingresos del negocio tiene que ver con el casino”, observa el ejecutivo una charla con este medio.
Y precisa: “El 95% de nuestros ingresos viene del casino y hubo clientes que hacía por lo menos tres años no visitaban la unidad, ni ninguna otra en el mundo. Ese mismo comportamiento se ve a nivel turístico, donde las estadías están siendo más largas los clientes vienen y gastan más”.
“Nuestra gestión de todas las líneas de costos y gastos, el haber sido muy agresivos comercialmente… Eso genera obviamente que haya sido un resultado extraordinario”, comenta Sarmiento.
En 2017, el Conrad pasó a ser Enjoy cuando concretó el 100% de la propiedad hotel casino. Sarmiento, dueño de vasta experiencia corporativa en ambos lados del río de la Plata (comenzó su camino corporativo en Shell y hace más de una década está radicado en Uruguay), advierte que el cambio que clave para marcar el camino hacia hoy. “Se profesionalizó muchísimo todo lo que tenía que ver con la gestión, la automatización, la digitalización, con un foco mucho más alineado a lo que son políticas de cumplimiento normativo, de seguimiento de clientes, de apertura de mercados”, enumera, mientras advierte que antes la industria se regía por otras reglas.
En particular, Sarmiento evalúa que “Uruguay se está mostrando más aperturista y con una marca país muy arraigada”.
“Eso te abre un escenario donde vos ya no dependes tanto de Argentina de Brasil, sino que ya sos un jugador mundial”, dice.
Con la celebración de los 25 años, que contará con el despliegue de un fin de semana de festividades con experiencias calibradas a todo lujo (show de Coti, Roberto Carlos, el musical Courage Cabaret, y mucho más) el gerente general del Enjoy anticipa una temporada atravesada por el aniversario.
Además de anunciar renovaciones en el hotel, el lanzamiento de un nuevo bar (Provence Wine & Spirits Bar), y un cronograma repleto de actividades, el ejecutivo anticipó un destacado negocio para el hotel. “Anunciamos un acuerdo con el casino Montecarlo, quienes van a auspiciar nuestro torneo con un premio que será de un millón y medio de dólares”, adelanta Sarmiento, quien además aseguró que el intercambio será recíproco durante el verano boreal.
No solos los clientes se llevarán una sorpresa por el aniversario: los veraneantes de Punta del Este verán la fachada del hotel cambiada especialmente por los 25 años del Enjoy. “El hotel todo pintado de plateado por las bodas de plata”, revela Sarmiento.
“Veo una buena temporada, mejor que la anterior, que explotó el Covid-19. Ya estamos completamente cubiertos para los primeros días de enero y eso es bueno porque hablas con el resto de operadores y están igual… Nos augura una buena temporada”, cierra.
Por Domitila Dellacha
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• Fuente: Diario La Nación
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