Por la llegada y la propagación del coronavirus COVID-19 los protagonistas del mercado inmobiliario van mutando la forma de hacer los negocios, y se apoyan con más frecuencia en las herramientas tecnológicas para que la actividad no se derrumbe por completo. Las empresas se apoyan en nuevas soluciones y se expande el modelo Proptech.
Avanzan las propuestas de Proptech, en donde algunas compañías pueden operar de manera remota y con un mínimo o nulo contacto presencial entre las personas.
Este concepto surge para definir a los nuevos modos digitales enfocados en soluciones en la industria del Real Estate. Puede ser tan básico o tan complejo, podríamos hablar de rellenar un simple formulario, como también la posibilidad de realizar consultas, reportar avances de obra, rendimientos financieros, retiros de capital, e inclusive proveerle a un inversor un estatus actualizado de todas las transacciones y documentos respaldatorios que pueda tener a lo largo del ciclo de la inversión.
Algunas firmas, pudieron adaptarse y de manera virtual lograron mantener activa las operaciones y el negocio. Hay un tema de educación que es fundamental para que realmente esta opción pueda prosperar en la región; cuantas más personas comprendan y conozcan los beneficios que trae la tecnología para la industria inmobiliaria y la construcción, más rápido y seguro será el camino hacia la transformación digital de la industria.
Se trata de un desafío y, de extenderse el aislamiento social, los sistemas tenderán a aumentar la atención y uso de la gente. En las App y sitios web en donde el Proptech es protagonista, los clics subieron entre 50% y 200% desde que se implementó el aislamiento social.
Esta opción posibilita que puedan comprarse o alquilarse inmuebles de forma remota. Desde antes de la pandemia, Estados Unidos ya contaba con un proceso de digitalización importante. Allí, el mail es un documento legal y por esa vía, se puede concretar fácilmente la compra de una propiedad. Todo el proceso está blindado, no es necesario viajar o ir presencialmente a una oficina para comprar una vivienda y, aun así, quienes lo hacen, cuentan con todas las garantías que requieren para que la inversión sea segura.
Desde una App o un sitio web se accede a la ficha de la propiedad, donde se encuentran además de imágenes y videos, información sobre el precio y valor por metro cuadrado. En caso de interés, el potencial comprador se pone en contacto por las vías de comunicación disponibles, y se siguen los pasos tradicionales de pre reserva, que luego se confirma con la inmobiliaria, para luego realizar los giros correspondientes y la promesa o escritura. Esta última etapa es la única que requiere presencia física, al menos por el momento.
Es fundamental en este contexto digitalizar la experiencia de propietarios, inquilinos e inmobiliarios para que puedan gestionar reservas, pagos, garantías y todo lo relacionado a la administración del contrato de manera online.
