Cuál fue el factor clave que decidió a muchos argentinos a irse a vivir a Punta del Este

21 de febrero de 2022

Hace tiempo que la ciudad uruguaya dejó de ser únicamente un destino para pasar el verano. Ahora la tendencia se amplió a las familias con hijos que se instalan en busca de una mejor calidad de vida.

Como un polo educativo que capitaliza la llegada de argentinos, los colegios marcaron un sello distintivo y clave en Punta del Este. Cada vez son más las familias que cruzan el charco para construir un futuro en Uruguay donde la educación se convirtió en trending topic.

International College (IC), Woodside School, Instituto Uruguayo Argentino (IUA), St. Clare's College y Blueblue representan instituciones privadas bilingües dentro de la gama de opciones en el este. Pero, el que más argentinos recibió durante los dos últimos años es IC.

Ubicado en el corazón de Punta del Este, recibe a estudiantes de más de veinte países y abrió sus puertas en 2017 con 290 alumnos. Hoy, cuenta con cerca de 580 entre los cuales, al menos, 220 son argentinos (muchos, ingresaron entre 2020 y 2021).

La idea de crear el IC surgió entre tres familias: Javier Gentile, arquitecto y empresario, Daniel Reta, académico, y Rolando Rozenblum, empresario.

 “El 85 % de los estudiantes del IC son de nacionalidad argentina y uruguaya. Los argentinos representan entre el 43% y el 45% del total del alumnado. El año pasado hubo una oleada de 200 chicos en edad escolar de los cuales 170 eran argentinos”, explica Marcia Alvez desde el departamento de admisiones.

Durante los primeros años, se registró un crecimiento sostenido en torno al 18 % hasta que ese índice se disparó con la pandemia.

“En 2018, teníamos 350 alumnos: 150 uruguayos, 50 argentinos, 30 brasileños, 12 americanos y otras nacionalidades. Pero, esta proporcionalidad cambió radicalmente desde 2020 y, especialmente, a partir de 2021. En el último año, hubo un aumento del 30% de alumnos y el 70% de esas matrículas fueron de familias argentinas con hijos en etapa escolar”, señala Alvez.

“La cuarentena impuesta por la pandemia nos empujó a buscar un estilo de vida más tranquilo y predecible. Elegimos el IC porque nos enamoró la propuesta educativa, el ambiente de estudio y el nivel de inglés”, describe Melina Zadicof quien hace un año abandonó el barrio de Palermo para vivir una nueva aventura en Punta del Este. “Estar cerca hace que la decisión de habernos mudado sea más llevadera”, reconoce.

Valora que sus dos hijos, que van a primaria (5° grado) y secundaria (2° año), puedan ir caminando al colegio y que tengan la posibilidad de asistir solos a actividades que, en términos de seguridad, serían difíciles de pensar para sus edades en Buenos Aires.

La familia cordobesa de Paola (prefiere guardar el anonimato) solía veranear en la costa esteña, pero a mediados de enero de 2021 decidió adoptarla como lugar de residencia.

“Nos interesó hacer una experiencia en otro país para estar en contacto con personas de distintos lugares con diferentes intereses porque creemos que estas nuevas vivencias aportan al crecimiento de cada uno a nivel personal y familiar. Justamente, Punta del Este nos ofrece un ambiente diferente al que vivíamos en Argentina con mejor calidad de vida”, le cuenta a este diario.

Y agrega que inscribió a sus cinco hijos (3 en distintos niveles del secondary y las mellizas en kinder) en el IC por la oferta académica -que cuenta con un bachillerato internacional (IB)-, la infraestructura edilicia con aulas modernas y la gran variedad de acceso a actividades extracurriculares.

“En época escolar (de marzo a mitad de diciembre) habitamos una casa alquilada cerca del colegio, pero en época estival vivimos en una vivienda más retirada de la península. Por la cercanía a la playa, el verano facilita reuniones sociales de integración con otras familias”, describe.

La vida de los argentinos está conectada a la existencia del IC. Antes, miraban a Uruguay como un destino de vacaciones, pero esa aspiración se transformó en realidad y la educación dejó de ser un factor limitante para tomar la decisión de mudarse con hijos en etapa escolar. Así lo analiza Rozenblum, parte del equipo fundacional del IC. “No vienen por el colegio, pero sin él tampoco vendrían porque es parte clave de la ecuación”, razona.

Por ejemplo, el caso de la familia Covello que hace tiempo pensaba en residir en Punta del Este donde tienen una sucursal de la inmobiliaria que lleva su nombre, pero no encontraban ninguna escuela que les pareciera acorde para el menor de 14 años quien iba a San Andrés.

 “Unos meses antes de la pandemia, cuando conocimos la propuesta del IC nos decidimos. El Colegio fue determinante para la mudanza. Siempre privilegiamos la educación por sobre el bienestar en otras cosas”, le dice Alejandra a Clarín.

¿Cómo es el colegio que eligen los argentinos?

Con más de 17.000 m² de construcción y en un predio total de 50.000 m² de terreno; el IC fue diseñado, planificado y construido para ser una institución educativa. Tres pilares institucionales: lo académico asentado en la tecnología la cual está presente en el proceso de aprendizaje, el deporte y el arte.

Diversidad de nacionalidades entre los estudiantes (más de 20) y el staff pedagógico. Por ejemplo, la directora de Primary y la coordinadora de IB son de nacionalidad argentina y el nuevo director, Clive Peter Rogers, británico.

Ofrece nivel inicial, primario y secundario bilingües y aborda un plan de estudios del programa del Diploma del Bachillerato Internacional (IBDP). Así, los egresados tienen la posibilidad de continuar con carreras de grado a nivel internacional en prestigiosas universidades de Estados Unidos, España, China y otros países del mundo. Además, ofrece una amplia gama de actividades extracurriculares como robótica.

El campus, diseñado en forma de H, incluye todo tipo de instalaciones. Cuenta con un Sports Center que incluye una cancha reglamentaria de fútbol y rugby de césped sintético, dos canchas reglamentarias con piso outdoor para practicar handball, basketball y volleyball, una cancha de hockey de césped artificial, una pista de atletismo y una sala de fitness.

Los espacios de aprendizaje incluyen salones para las materias de artes dramáticas, visuales y plásticas, laboratorio de física, química, biología, robótica, una Oficina Editorial, un espacio para yoga y una huerta orgánica cuidada por los estudiantes.

Posicionado al lado de la pista de atletismo, la vedette del colegio es un antiguo avión de la ex aerolínea de bandera uruguaya Pluna convertido en salón de ciencia. El Boeing 737, acondicionado como espacio de aprendizaje tecnológico, conserva seis filas de asientos delanteros y tiene en el fondo escritorios para los más chicos.

Phoenix, Minotaur y Griffin configuran el sistema de House. Integradas por estudiantes de Kinder, Primary y Secondary, capitalizan el potencial de los alumnos quienes acumulan o restan puntos a su House en las diferentes disciplinas, según su desempeño. La que recolecta mayor puntaje será premiada al final del año escolar en The Houses Cup.

El valor de la cuota difiere según el nivel. En Kinder, la matrícula está alrededor de 15.000 pesos uruguayos (350 dólares) y un promedio de 26.000 uruguayos (600 dólares) cada cuota mensual. En Primary, la matrícula cuesta 22.000 pesos uruguayos o 510 dólares (es la misma para los 6 años) y cada cuota ronda los 35.000 uruguayos u 800 dólares. Y en Secondary, la matrícula cuesta cerca de 25.000 pesos uruguayos (580 dólares) y cada cuota un promedio de 40.000 urugayos o 930 dólares.

Entrevista al nuevo director

Con más de 40 años de experiencia en el desarrollo de los niveles más altos de excelencia educativa, Clive Peter Rogers (67) fundó y lideró colegios en Australia, India, Inglaterra y Malasia. Entre sus logros, se destaca la capacidad para aumentar la motivación de los estudiantes y del staff de la institución.

Parte de su éxito se centra en una construcción cultural y pedagógica que apuesta al fortalecimiento de los vínculos comunitarios del alumnado. Clarín habló con el académico de origen inglés sobre las claves y desafíos como nuevo director del IC para posicionarlo a la vanguardia de las tendencias educativas.

–¿Por qué decidiste liderar el centro educativo?

–Nunca había estado en América del Sur en términos de trabajo. Tengo un hijo adolescente de 14 años y creo que el IC es un entorno maravilloso para criarlo y también para llegar al final de mi carrera. Me gusta sentir que dejo un legado.

–¿Por qué el plan de estudio se diferencia al de una enseñanza tradicional?

–Ponemos al estudiante en el centro del proceso de aprendizaje, evaluando, conociendo sus habilidades cognitivas y potenciando los estilos de aprendizaje de cada uno. Le enseñamos habilidades holísticas para que tenga las herramientas necesarias que respondan a las exigencias del siglo XXI.

 Se fomenta el pensamiento crítico y reflexivo, estimulando el sentido de la responsabilidad y organización desde edades tempranas. La tecnología, el deporte, el desarrollo integral y la productividad en el aprendizaje son pilares fundamentales.

–¿Es importante fortalecer los vínculos comunitarios del alumnado?

–Las escuelas existen y se construyen dentro de una comunidad. Por eso, es importante permitir que los padres participen en algunos de los eventos escolares.

Educar es sostener la mano de un niño a través de su viaje en la escuela y preocuparse por ellos. Están expuestos a una comunidad diversa que busca promover el diálogo abierto para el intercambio de ideas.

Se trabaja, además, en la promoción de la autosuperación, la reflexión y en valores universales como el respeto y la dignidad humana, buscando inculcar la mentalidad de un ciudadano global.

–¿Qué consejo les daría a las familias?

–Lo primero es ver las necesidades de su hijo, lo que le gusta hacer y su estilo de aprendizaje. Luego, buscar la escuela. creo que profesores y padres deben reunirse porque las escuelas existen para los niños, y no para otra cosa.

–¿Cómo trabajas con la integración de tantas culturas diferentes

–Celebramos los valores de los demás. Escuchamos las opiniones de la gente. Tenemos días interculturales. La escuela es una oportunidad para unir a las personas (todos formamos parte de la raza humana). Asimismo, promueve el desarrollo de estudiantes líderes con espíritu de equipo, mentalidad abierta y una visión global que les permite transitar con naturalidad otras culturas.

Generamos en los estudiantes una conciencia sobre los problemas globales y la comprensión de los temas desde diferentes puntos de vista. Hoy en día, están más preocupados por el planeta; sea del clima ambiental o las guerras o el hambre.

¿Por qué? Porque han hecho cosas en las escuelas que contribuyen a ayudar a los pobres auxiliando a las víctimas de los desastres en todo el mundo. Son más conscientes de estas problemáticas porque fueron guiados por los profesores en la escuela.

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