El intendente de Maldonado, Enrique Antía, dio detalles de la llegada de 15 mil argentinos y de un cambio a la infraestructura que ya se puso en marcha.
Un contexto macroeconómico poco favorable en la Argentina y el estallido de una pandemia parecieron haber sido los condimentos clave de una receta para que la ciudad balnearia uruguaya se llene de argentinos. Si bien los datos oficiales se conocerían recién el próximo año, con el censo, el intendente de Maldonado, Enrique Antía, proyecta el arribo de no menos de 15 mil personas en los últimos 24 meses. El dato va emparejado con una inversión de 6000 millones de dólares en los últimos tres años, con mayoría de argentinos involucrados en el desembolso.
Punta del Este ha sido desde sus inicios un destino elegido por turistas de todo el mundo. Conocida por muchos como la Saint-Tropez de Sudamérica, la ciudad balnearia está sumergida en un proceso de transformación. Lejos de querer mantenerse como un lugar que solo explota en los veranos, apuesta su impulso migratorio para expandir horizontes. LA NACION charló sobre los detalles del plan y la estrategia con el intendente Antía, quien adelantó algunos de los proyectos en el departamento uruguayo.
“Punta del Este está en el radar de muchos argentinos por las facilidades de poder trabajar a distancia, una modalidad que en el mundo ha cambiado y que permite vivir en un lugar descontracturado y trabajar para cualquier otro lado”, evaluó Antía.
Los datos de argentinos en Punta del Este están vinculados a las cifras de radicaciones en Maldonado. En los últimos dos años, la explosión de argentinos en la ciudad balnearia derivó en, por ejemplo, que los colegios privados se queden sin cupo para los chicos.
“Se dispararon la inversión privada y los nuevos tipos de comercios. Antes no había cafés y ahora está lleno, eso es una costumbre muy argentina. El Poder Ejecutivo aprovechó una licitación para una zona franca y hay varios interesados en trabajar en ella, en la zona de Jagüel. Nosotros vemos un interés permanente en seguir invirtiendo”, agregó.
Inversiones multimillonarias
Antes de recibir a LA NACION en su despacho, que de un lado tiene vista periférica al Estadio Domingo Burgueño Miguel y del otro apunta a la Playa Mansa, Antía había revelado reuniones que mantuvo con inversores argentinos. Ya en su oficina, se puso de pie y buscó una carpeta. “Estos son los datos”, mostró. Frente suyo, un gráfico con barras exponía la cantidad de metros cuadrados en construcción aprobados.
“Hicimos una promoción de exoneración impositiva para la inversión en el área de la construcción en proyectos inmobiliarios y es impresionante. Acá hay tres millones de metros cuadrados de obras, que son 6000 millones de dólares de inversión privada desde la pandemia”, explicó el intendente y señaló que la mayoría ampliamente –por encima del 75%– son inversores argentinos.
El diagnóstico de Antía es una palabra: confianza. “Nadie viene a invertir millones de dólares si piensa que la zona no va a crecer”, definió y reforzó: “Estos son datos de la realidad”.
Al universo de viviendas se suma la apertura de un concepto que en la Argentina ya está arraigado: los barrios privados. “Ha habido una impresionante cantidad de fraccionamientos de barrios privados y casas privadas”, señaló el funcionario. Y precisó: “Se han aprobado por lo menos doce y ya se están vendiendo. Desde Piriápolis hasta José Ignacio, por todos lados. Muchos vinculados a predios grandes, de chacras turísticas. Eso va a generar trabajo y oportunidades”.
Entre lujosas construcciones que sirven de viviendas, poco se podía encontrar en el universo en términos de edificios destinados a los negocios. Eso está pronto a cambiar en Punta del Este, donde un proyecto de World Trade Center (WTC) se construye en la zona del puerto.
“Es un cambio que está pasando”, sostuvo el mandatario y continuó: “Es un edificio que será de oficinas y esperan que trabajen unas 1200 personas. Por otro lado, hay una zona franca aprobada en el área de Balneario Buenos Aires para empresas audiovisuales y tecnológicas. Es una apuesta a diversificar y generar un atractivo para empresas que desde Maldonado quieran trabajar para el mundo”.
A través del régimen de zonas francas, en Uruguay se ofrece a las compañías una serie de beneficios fiscales y aduaneros para atraerlas a invertir en el país. “Las empresas habilitadas para desarrollar actividades en estas áreas pueden ser personas físicas o jurídicas bajo cualquier forma societaria, admitiéndose las sociedades con acciones al portador, lo cual asegura el anonimato del inversor”, explica el gobierno uruguayo.
Y advierte: “No existe diferencia alguna entre inversiones nacionales y extranjeras, ni se requiere para las últimas ningún tipo de trámite o requisito especial, pudiendo las empresas extranjeras establecer sucursales. El 25% del personal puede ser extranjero, pudiendo renunciar a la tributación a la seguridad social del Uruguay. Este porcentaje en casos justificados puede ser ampliado por el gobierno”.
El desafío de la infraestructura
Los indicios de movimiento en Punta del Este no solo se perciben en la gente. En Maldonado, el incremento de vida en invierno se registra incluso en las toneladas de basura. “Este último invierno tuvimos basura casi como hace tres temporadas en verano”, ejemplificó.
“El cambio es tan vertiginoso y rápido –señaló Antía- que implica un esfuerzo grande en materia de infraestructura. En un plazo de tres años tenemos una cantidad de obras previstas para acompañar el crecimiento del tránsito”. Tras ello enfatizó: “Si se nos escapa el tema del tránsito, se vuelve un caos”.
Este verano se terminaron de instalar 42 de los 55 radares y cámaras de seguridad, que se traducirán en la implementación de multas para los infractores del tránsito esteño y sus alrededores.
Además, Antía anticipó que el próximo febrero se abrirá una licitación para construir un camino que conecte José Ignacio con Punta del Este por una zona perimetral a los barrios. “Queremos que la gente que trabaja se ahorre unos 25 minutos de viaje y así también dejar de cargar el tránsito en La Barra y Manantiales”, explicó.
El proyecto de camino perimetral se sumará a una iniciativa vinculada al puente de La Barra. Después de que la icónica construcción se salvara del colapso por lo que Antía aseguró fueron minutos, se prevé la puesta en marcha de una vía alternativa para el tránsito pesado. Y es que el paso de camiones con carga fue una de las causas que derivó en la rotura de linga y el casi colapso de la estructura.
“Le pusimos las muletas al puente, no se cae, está firme”, dijo el intendente y siguió: “Ahora hay que hacer una reestructuración, además de obligarnos a hacer otra obra de infraestructura para llevar la carga pesada”.
Por último, a la espera de lo que serán los datos que arrojen información precisa sobre el flujo migratorio, Antía destinó un mensaje a los argentinos que piensan en mudarse al departamento de Maldonado. “Somos buenos vecinos. Solamente nos separan un río y políticas, pero tenemos una base común. Acá se puede pasar re bien y estamos tan cerca”, dijo y cerró: “La calidad de vida que hay acá es de respeto, se valora mucho. Además, hay unas playas divinas, naturales y gratis”.
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• Fuente: La Nación
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