El gobierno de Lacalle Pou oficializó la flexibilización de los requisitos para obtener la residencia fiscal en Uruguay. Cuáles son las vías para obtenerla y qué condiciones se deben cumplir para no abonar tributos argentinos.
Los argentinos que quieran radicarse en Uruguay ahora deberán cumplir requisitos más laxos para obtener la residencia fiscal, luego de que el gobierno de Luis Lacalle Pou oficializara la flexibilización de las condiciones que deben cumplir las personas físicas extranjeras que quieran tributar en el país vecino.
A través del decreto 163/2020, que en sus consideraciones invoca la "política migratoria de puertas abiertas” y la "finalidad de promover la inversión extranjera”, las condiciones para obtener la residencia fiscal quedarán de la siguiente manera a partir del 1° de julio:
• La persona física deberán adquirir inmuebles por un valor de al menos u$s 375.700, suma aproximada al tipo de cambio actual, dado que la norma habla de 3,5 millones de "unidades indexadas" (UI). Antes era de u$s 1,7 millones.
• La persona deberá permanecer 60 días efectivos en Uruguay durante el año calendario.
• La residencia fiscal se podrá obtener también a través de inversiones directas o indirectas por más de u$s 1,61 millones (15 millones de UI). Se trata de una rebaja considerable, dado que hasta el momento la norma exigía el triple: u$s 4,8 millones. La inversión deberá generar, en términos netos, al menos 15 nuevos puestos de trabajo.
Lacalle Pou impulsará una iniciativa de beneficios tributarios para los extranjeros que obtengan la residencia fiscal. Entre los puntos destacados, prevé extender el plazo de la "vacación fiscal" para estos nuevos contribuyentes de cinco a 10 años, por lo que en ese plazo no pagarán el impuesto a las ganancias y a los bienes personales.
"Uruguay hace más fácil la residencia fiscal uruguaya en la medida en que se hagan las inversiones y entonces a partir de ahí se la puede obtener", señaló el tributarista Sebastián Domínguez, que destacó que muchos argentinos ya se radicaron en Uruguay en los últimos meses y aseguró que estos cambios habilitarán la posibilidad de emigrar a más personas de ingresos medios que lo estén considerando, en diálogo con El Cronista.
Además, Domínguez anticipó que el interés crecerá a partir de la proximidad de un nuevo incremento de la presión tributaria argentina con el avance del impuesto sobre los grandes patrimonios, que entiende como una carga extra sobre Bienes Personales. "Mucha gente eventualmente alcanzada tiene bienes en el exterior, y quizá mudándose al extranjero pagaría solo por los bienes que posea en Argentina", dijo.
Por su parte, el especialista en impuestos Iván Sasovsky coincidió en que las posibilidades son cada vez más atractivas y resaltó que estos beneficios prosperan en la medida que los residentes argentinos que hagan la mudanza internacional y que se establezcan en Uruguay.
"La mudanza les permitirá que mientras tramitan la residencia permanente en el vecino país, que los habilitaría a perder la residencia fiscal argentina, no se produzca una doble imposición. Algo que sin lugar a dudas va a medirse a la hora de decidir establecerse allá o no", explicó a este medio.
Por otro lado, el gobierno uruguayo instalará oficinas fast track en los consulados que tenga en el exterior, reportó el diario Búsqueda de Uruguay, en pos de acelerar el papeleo que requiere la obtención de la residencia fiscal.
Se trata de puntos administrativos que implementan sistemas de vía rápida, en procura de agilizar los trámites que deben hacer las familias extranjeras que quieran radicarse en Uruguay. No se limitarán a los países de la región, sino que buscarán captar a interesados de todo el mundo, indicó el medio uruguayo.
En cuanto al gobierno argentino, Domínguez consideró que las eventuales contramedidas que pueda tomar para evitar la emigración de contribuyentes argentinos difícilmente puedan tener efecto.
"En general, el que se va a vivir a Uruguay no se tiene que llevar una gran cantidad de capitales de Argentina. En realidad se muda con su familia y fija su residencia fiscal allá, seguramente su dinero ya lo tendría fuera de Argentina, por lo que no veo un movimiento de capitales. Si alguien tuviera que liquidar sus bienes en Argentina, puede ser, porque tal vez necesita ese dinero para hacer la inversión que le permita obtener la residencia fiscal uruguaya", señaló.
Y añadió: "Hoy la normativa permite si se tienen dólares en la cuenta bancaria transferirlas a cuentas del exterior. Si se limita eso, habrá que hacerlo a través de bonos y dólares contado con liquidación, que tendrá un costo más alto."
Cómo abandonar la residencia fiscal argentina
Argentina y Uruguay tienen firmado un convenio de intercambio de información tributaria que prevé evitar la doble imposición para aquellos contribuyentes que posean residencia fiscal en ambos países.
Es decir, los argentinos que se radiquen en Uruguay se adecuarán al sistema tributario uruguayo y no pagarán impuestos argentinos de Ganancias, Ganancia Mínima Presunta y Bienes Personales. Este último se seguirá cobrando sólo si se mantienen activos en Argentina, pero solo por los que estén dentro del país.
El documento estipula que un contribuyente que posea residencia fiscal tanto en Uruguay como en Argentina tributará en la jurisdicción donde posea sus "intereses vitales". Esto es, sus relaciones personales y económicas estrechas.
• Si tiene una vivienda permanente en solo uno de los países, la residencia fiscal se fijará allí.
• Si tiene viviendas permanentes en ambos países, se evaluará donde están sus relaciones personales y económicas más estrechas. En caso de que las personales se concentren en un país y las económicas en otro, se priorizarán las personales. "Si el contribuyente se muda con la familia a Uruguay, se le otorgará la residencia fiscal uruguaya más allá de que conserve sus principales fuentes de ingreso en Argentina. Pero tiene que ser una mudanza auténtica", explicó Domínguez.
• Si viviera y mantuviera sus relaciones estrechas en ambos países, se fijará la residencia fiscal en el país del que tiene la nacionalidad. En caso de que el contribuyente tuviera ambas nacionalidades o ninguna de ellas, Argentina y Uruguay deberán ponerse de acuerdo.
Domínguez explicó que la evaluación sobre qué residencia fiscal corresponde podrá iniciarse luego de que el argentino interesado haga la inversión de u$s 1,61 millones o adquiera inmuebles por u$s 375.700 y permanezca 60 días en Uruguay, sin necesariamente esperar por la finalización del ciclo fiscal ni ningún plazo mayor.
"Cuando logra la residencia fiscal uruguaya, entonces en Argentina paga por los bienes que tiene solo en Argentina, pero ya no por los que están en el exterior. Además la presión tributaria en Uruguay es menor", indicó.
Sasovsky resaltó que estos beneficios operan de manera independiente a la cuestión migratoria, y pueden iniciarse a la distancia con la inversión, por lo que pueden ponerse en marcha desde la Argentina, y luego antes de fin de año poder cumplir los plazos mínimos de estadía exigidos", explicó.
Y agregó: "Los tramites migratorios que van por otra vía, suelen tardar entre ocho y nueve meses. Además estos sí implican un trámite presencial por lo que la pandemia hace más difícil esto.
Una vez obtenida la residencia fiscal en Uruguay o en otra jurisdicción, el contribuyente mantendrá la pérdida de la residencia fiscal argentina mientras tenga una residencia permanente en el exterior, que alude al status migratorio. También se pierde con la permanencia continuada en el exterior por 12 meses, no considerada interrumpida por ausencias temporales de hasta 90 días, consecutivos o no.
La norma que evita la doble imposición indica que cuando un contribuyente del sistema tributario uruguayo obtenga ingresos sujetos a gravámenes argentinos el fisco uruguayo deducirá del impuesto a las ganancias el monto equivalente abonado en Argentina.
Lo mismo está previsto para el impuesto sobre los bienes personales que se pague sobre activos argentinos en Argentina, pero en este caso la deducción no podrá superar lo que corresponda pagar sobre el impuesto al patrimonio en Uruguay.