"Va a ser un verano restringido, las fronteras van a estar cerradas salvo excepciones". Así anunció el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou el pasado 22 de octubre el cierre de fronteras y reveló cómo será el próximo verano: sin turistas extranjeros.
La noticia cayó como un balde de agua fría para la hotelería, la gastronomía y el comercio que viven fundamentalmente del turismo receptivo, y si bien se aplacó en algo esa percepción con las medidas anunciadas la semana pasada, para ciertos jugadores no serán suficientes.
"Si tenemos en cuenta que dos de cada tres turistas que llegaban a Punta del Este cada verano eran argentinos, nos da un panorama desalentador", auguró José Pereyra, vice presidente de la Cámara Empresarial de Maldonado. "A nuestro entender la temporada viene bastante complicada. Maldonado tiene una lógica de turismo internacional y relacionamiento con el mundo distinto a los demás (destinos) en Uruguay. Por ejemplo, acá vienen de otras partes del mundo a casarse y eso mueve muchos negocios", agregó.
De todas formas, matizó una posible "catástrofe" e indicó que algunos comercios han repuntado por la baja del contrabando y las señales que dieron los fines de semana largos.
Gabriel Milat, responsable de Montoya Line, comercio multirubro con 41 años en la calle Gorlero, coincide. "Este fin de semana (del 30 octubre al 2 de noviembre) fue excelente, trabajamos a niveles de fines de enero. La pregunta del millón es cuánto puede durar. Si diciembre, enero y febrero se comportan como este fin de semana podríamos zafar, pero no hay negocio que sobreviva con dos días a la semana".
Milat viene de una familia con larga trayectoria comercial en Punta del Este y la Barra. Sus hermanos están al frente de locales emblemáticos: Marcelo es propietario de la juguetería Stickers y de las tiendas 100% Uruguayo y Gorlero Market; Martín, del negocio de souvenirs Canoa Quebrada, y María de la tienda Praia. Y su sobrino Ante dirige Chill Out, una chivitería en La Barra. Entre todos cuentan con unos 14 puntos de venta.
Cuando abrís un local en Punta del Este sabés que vas a vivir de crisis en crisis, pero este año ya perdimos entre un 30% y 40% de facturación. En invierno facturamos solo un 20% respecto al invierno pasado", comentó Gabriel.
Ante un futuro incierto, implementaron un arsenal de estrategias para sobrevivir, entre ellas rebajas de precios en promedio de entre un 15% y 40%. "Una prenda Panamá, marca que represento, que valía US$ 100 pasó a valer US$ 70 y pasé todo a pesos uruguayos. Hay que hacer caja y vivir el día a día", destacó. Otra estrategia es enrocar de rubro. "Somos camaleones, depende de cómo venga la mano nos movemos. Por ejemplo, yo vendía souvenirs y ahora pasé a kiosco y accesorios para damas y en el shopping hoy vendo sombreros, remeras y bolsos. Marcelo en 100% Uruguayo, que tenía souvenir puso bazar y Canoa se está reconvirtiendo a restaurante, pizzería. Chill Out, que era kiosco y gastronomía, ahora es 100% gastronomía".
El cambio de comportamiento de los consumidores y la llegada de argentinos a vivir al departamento mantuvieron las ventas del Punta Shopping.
El mall reabrió en junio y en base a "buenas ofertas" y "un público que no viajó y gastó", el negocio está "empatado" respecto al mismo mes del año pasado, dijo el gerente general, Uri Ivanier. "Es difícil hacer futurología pero los números en invierno muestran un flujo importante. Mi pronóstico es conservador, será una temporada correcta", resumió.
También positivo ha sido para los supermercados El Dorado. "Estamos por encima de la inflación, el crecimiento de marzo fue superior y luego se fue manteniendo principalmente por el cierre de fronteras y la incidencia del turismo local, que cobró relevancia en meses donde años anteriores no pasaba" explicó su director Ismael Scottini. A futuro, su visión es pesimista. "No creo que empatemos, la única certidumbre es que no llegarán argentinos, el resto no lo sabemos y hay que ver qué pasa".
La otra táctica de la familia Milat es renegociar los alquileres de los locales, tanto para lograr rebajas como para flexibilizar pagos. Esta es una realidad que golpea a todos los rubros, explicó Andrés Jafif, propietario de Santos Dumont Inmobiliaria, especializada en sitios comerciales de Punta del Este, La Barra y Manantiales, y alcalde de Punta del Este. Explicó que varios locales bajaron sus precios entre un 20% y 30% y eso causó que se comenzaran a alquilar pese al contexto poco favorable.
"En la calle 20 había unos 13 locales vacíos y ahora me quedan tres. En buenos puntos se están alquilando. Claro, es con una baja de precio por esta temporada. La idea es que no queden vacíos, creo que el comerciante vio la oportunidad de tener un alquiler bajo y apostar a futuro", analizó.
Los principales rubros refieren a locales gastronómicos y de servicios, decoración, seguros y automotoras. El movimiento se debe al flujo atípico de personas en la ciudad, opinó Jafif. "Creo que Punta del Este dejó de ser un balneario para convertirse en una lugar para vivir", reflexionó.
También en el ámbito inmobiliario pero en casas y apartamentos, Whilhem Ihlenfeld, director de Stern Servicios Inmobiliarios, firma con más de 40 años en Punta del Este, auguró un verano difícil. "Nosotros que trabajamos con un público netamente argentino estamos muy complicados. Ahora se está moviendo algo con los uruguayos pero es 50% menos en valores. En cantidad con respecto al mismo mes de 2019 estamos en un 60%", explicó.
Así, con precios bajos y propuestas variadas, Punta se prepara para una temporada atípica.