La galería Xippas estrenó un sorprendente espacio en Manantiales, en el kilómetro 5 de la ruta 104, donde la Fundación Pablo Atchugarry y su futuro museo abren un circuito del arte.
La magnífica sede, sobre la ruta 104, exhibe en la entrada un imponente mural de Pablo Siquier, y hay obras de Caldas, Maggi, Fischer y Reinoso.
Antes de atravesar el frente vidriado de la galería se divisa un imponente mural de Pablo Siquier. Las formas negras sobre el blanco luminoso de la pintura atrapan la atención del que llega. La obra mide 3 metros por 14 y posee un fuerte poder de choque y seducción. Las nuevas geometrías de Siquier traen resonancias de signos, fórmulas y símbolos de la ciencia. El despliegue del diseño pone en evidencia la belleza ornamental de su pintura.
La exposición se llama “Viaje al espacio” y presenta obras de los brasileños Waltercio Caldas, Cao Guimarães, Saint Clair Cemin y Vik Muniz; los uruguayos Yamandú Canosa, Rita Fischer, Ricardo Lanzarini, Fernando López Lage, Marco Maggi, y los argentinos Pablo Reinoso, Siquier, Leandro Erlich y Eduardo Stupía.
Frente al mural, en la espaciosa sala de ingreso hay una instalación de los autos cubiertos de arena que Erlich presentó en diciembre en Miami. “Orden de prioridades” se llamaba la obra y el artista mostraba un embotellamiento en la orilla del mar, con el fin de despertar interés por el cuidado del medio ambiente. Las abstracciones de Stupía ocupan un lugar especial, al igual que “Tensión”, una escultura de Saint Clair Cemin. Marco Maggi trabaja en papel blanco la levedad de sus motivos diminutos. La pequeñez funciona como estímulo para el espectador. Cuando los uruguayos presentaron a Maggi en la Bienal de Venecia, la muestra se tituló “Miopía” y hablaba de la incapacidad de ver del hombre de nuestro tiempo.
En la sala aledaña, dos ventanales verticales compiten con las pinturas y brindan descanso a la mirada que se desliza hasta el horizonte. Desde la impecable contemporaneidad arquitectónica de una galería semejante a las de Chelsea en Nueva York, se descubre un campo verde y extenso con algunas vacas y varios caballos pastando.
Los 700 metros de la galería albergan gran parte de los artistas de la escena internacional que Xippas mantiene desde hace ocho años, cuando desembarcó en la avenida Roosevelt con Vik Muniz, Chuck Close y Peter Halley. Con la experiencia de 20 años en Le Marais de París, sedes en Ginebra, Atenas, Montevideo y Bruselas, pronto advirtió que la avenida Roosevelt no resultaba atractiva para el público del Este y se mudó a Manantiales, frente a la galería Del Paseo. El galerista y su mujer, Sofía Silva Guggeri marcharon hacia la geografía suburbana para inaugurar un nuevo concepto. Lejos de construir un galpón, construyeron los cimientos de una sólida casa. Hace ya décadas las galerías uruguayas llegaron desde Montevideo a Punta del Este, se instalaron en los alrededores de la calle Gorlero con sus mejores tesoros, las pinturas de Torres García, Figari, Barradas y Gurvich. En esta última década, la Bienal de Montevideo, sostenida por la princesa Laetitia d’ Aremberg, Graciela Rompani, Jorge Srur y la creatividad de Alfons Hug, ha resultado crucial para legitimar el arte uruguayo en el mundo.