Un relevamiento de Clarín calculó los gastos básicos para una familia tipo. Gift cards y vales de nafta, los recursos de los que se prepararon antes de que entrara en vigencia el recargo del 30%.
Galletitas, café, latas de atún, yerba, fideos, mayonesa y bebidas. María (33) que es de Entre Ríos y veranea en Punta del Este con su familia, llega con el auto cargado de comida. Dice que es la única forma de seguir eligiendo Uruguay para sus vacaciones. Es que llenar la heladera en esta ciudad balnearia cuesta caro. Según una recorrida realizada por Clarín, una familia tipo tiene que calcular un gasto de al menos 95 dólares por día. Las estrategias de los argentinos para aliviar el bolsillo son diversas: además de traer el baúl repleto con alimentos comprados en (nuestros) pesos, muchos aprovecharon para adquirir --con crédito y antes del 30% de incremento al pago con tarjeta en el exterior-- unas gift cards que se comercializan en las principales cadenas de supermercados de Uruguay. Lo hicieron por teléfono o Internet por montos de hasta 1.100 dólares, en la previa a la medida implementada por el Gobierno argentino. El rebusque también incluyó abonar por adelantado la nafta.
El desayuno y la merienda se resuelven por cerca de 33 dólares para los cuatro integrantes. Con un paquete de galletitas dulces (2,85) y otro salado (2), cereales (7,9), leche (1,4), pan lactal (4), queso untable (5), café (5,2) y yerba (4,6). Algunos de estos productos van a durar más de un día.
La suma se dispara con el almuerzo y la cena. Para cada comida habría que destinar entre 25 y 35 dólares. Esto es mucho más económico que comer en un restaurante del centro de Punta del Este, donde pueden gastar entre 15 y 25 dólares por cabeza.
Por unos 25 dólares, en el supermercado es posible conseguir ravioles frescos (15,90) con tuco (4,40) y queso rallado (5,30). Preparando filet de merluza (27,80) con puré (1,90), el gasto es de unos 5 dólares más. Si el plan es carne con vegetales hay que calcular 30 dólares por unos bife, unos 4 dólares la ensalada de lechuga y tomate y, si se agrega el contenido de alguna lata de conservas, sumar alrededor de un dólar más (arvejas a (0,90 o jardinera a 1,30).
El changuito se completa con bebidas: una botella de agua de dos litros (1,30), otra de gaseosa (2) y una cerveza (3,40). Un espumante, para brindar en Año Nuevo, se encuentra en las góndolas por otros 15 dólares. El kilo de frutas (manzanas, naranjas, bananas) está alrededor de 4 dólares.
Hacer la conversión de una moneda a otra no es fácil porque no hay un único precio para el dólar en Uruguay. El cálculo, esta vez, se hizo a 36, valor al que aceptaban el dólar en los principales supermercados durante el relevamiento. Pasarlo a pesos ya es casi imposible: a la cotización del Banco Nación, se llenaría la heladera por 5.985 pesos; comprando con el blue se necesitarían al menos 7.600 y con el dólar turista lo mismo estaría costando 7.780.
Para salvarse del impuesto al pago con tarjeta fuera del país y conseguir un dólar más cercano al primero, muchos argentinos se adelantaron a comprar “tarjetas de regalo” en los supermercados. Lo hicieron antes del incremento para congelar los precios. “Recibimos muchos llamados en la previa a la medida tomada en Argentina. Nos pidieron gift cards por entre 5.000 y 40.000 uruguayos (entre 140 y 1.100 dólares). Ahora vienen a pagar con esos plásticos que adquirieron anticipadamente”, explica Estefany, empleada del supermercado Devoto, ubicado en la Parada 10 de Roosevelt.
Patricia Miller, gerenta de marketing de Tienda Inglesa, que tiene tres sucursales en el Departamento de Maldonado, afirma que allí pasó algo similar. “Tuvimos más ventas de lo común en gift cards en los días previos al 30% de aumento. En nuestro caso, las compras se hicieron a través de la web”, señala Miller.
El rebusque también llegó a la nafta, que está a 1,5 dólares la súper, y 1,6, la premium. Lo cuenta Nicolás Parcaretta, gerente de la estación de servicio Petrobras de Roosevelt y Chiossi. “Surgió por la demanda de los turistas argentinos que querían evitar el impuesto. Lo que hice fue dejarlos que pasaran la tarjeta antes del incremento y les abrí una cuenta corriente. Tienen un saldo a favor que vamos descontando cuando vienen y cargan. En general, se cubrieron por 200 litros, que es lo que necesitan para moverse acá y volver”, asegura. “No entiendo igual qué les sorprende. Ustedes, los argentinos, siempre hacen este tipo de cosas: en Uruguay estamos acostumbrados a que se reinventen para sortear las crisis”, cierra.