Acompañando las medidas anunciadas el martes por el gobierno nacional y los pedidos para evitar el avance de la pandemia, con la firma del intendente Enrique Antía, la administración departamental determinó una serie de medidas que cobran vigencia en forma inmediata.
Con el objetivo de evitar aglomeraciones, dos puntos icónicos y de gran atracción turística de la costa de Punta del Este, como la glorieta ubicada sobre rambla José Artigas y la escultura de La Mano, volvieron a ser valladas para impedir el acceso de público, medida ya adoptada el año pasado.
Por otra parte también se cerrarán los parques Mancebo, Indígena y el arboretum Lussich. En el caso de El Jagüel, permanecerá abierto pero con una nueva reducción del aforo (al mínimo), así como la reserva de fauna del Cerro Pan de Azúcar y el parque temático Pueblo Gaucho.
Asimismo, se suspende el Piria Alive (se celebraría el sábado 27 de marzo), así como el festival de Turismo, Cultura e Industria Pyme, que llegaría a su séptima edición en el Castillo de Piria y su parque. Esta actividad será reprogramada para los próximos meses.
También será suspendida toda actividad oficial, tanto deportiva como cultural hasta después de Semana de Turismo. En el caso de los deportes, la resolución de la Intendencia de Maldonado aplica para actividades en centros municipales, así como toda competencia oficial.
En tanto, toda actividad artística-cultural también será suspendida, salvo aquellas autorizadas previamente para el sector privado, a llevarse a cabo en salas municipales, aunque respetando estrictamente el aforo permitido, que ahora es del 30% de la capacidad o un máximo de 400 personas.
El intendente Enrique Antía y su equipo, exhortan a la población a continuar con los cuidados necesarios para evitar contagios, utilizando tapabocas, respetando el adecuado distanciamiento físico y sin aglomeraciones. Además, se advierte que continuarán los operativos nocturnos liderados por el Cecoed.

Cierre de la glorieta de la rambla Artigas de Punta del Este y de la escultura de La Mano, la suspensión de actividades deportivas y culturales, entre otras, son medidas que tomó este miércoles la administración Antía, acompañando las medidas solicitadas por el gobierno nacional.

La Intendencia de Maldonado dispuso cierres y suspensiones para contener avance del Covid-19

Novedades

El manto que cubre al tema de los antiguos naufragios en las costas uruguayas se corrió este año tras conocerse la noticia de que, tras dos décadas de litigio, el Estado autorizó la subasta de objetos rescatados del lecho marino por buzos privados en la década de 1990. Entre ellos se encuentran elementos recuperados del famoso buque inglés Agamemnon (naufragado en 1809 en Maldonado) y del español Salvador, cuya pérdida en 1812 se transformó en la peor tragedia marítima del Río de la Plata, en la que murieron más de 500 personas a tan solo 300 metros de la playa Mansa de Punta del Este.&nbsp;
Ambos sucesos forman parte de la más rica historia del departamento fernandino, donde otros hechos como el naufragio de la fragata San Rafael dejaron huellas imborrables, en este caso dándole el nombre a una de las zonas más reconocidas de Punta del Este.
La historia del barrio San Rafael comenzó a escribirse una de las tardes de enero de 1765, cuando en una de las tantas tabernas que pululaban en la ciudad de Cádiz, España, el capitán y maestre del barco, Don Francisco López Fiesco, repasaba su plan de viaje entre trago y trago de ron. Releía las órdenes que lo enviarían los próximos meses hacia el siempre subyugante continente americano, tierra de innumerables posibilidades para los marinos como él. Mientras tanto, en la rada, la marinería distribuía las cargas y pertrechos para un viaje de casi cuatro meses hacia el Río de la Plata.
López Fiesco apuró el último trago a la hora que tenía que partir y llevó personalmente los pliegos que le habían sido encomendados para su viaje, uno de ellos destinado al gobernador de Buenos Aires, Don Pedro de Cevallos, una celebridad por entonces en las comarcas del sur americano. Era el despertar del 29 de enero de 1765: el día señalado para poner rumbo hacia las “indias occidentales”.
El San Rafael navegó en calma y con buen tiempo durante las primeras semanas hasta alejarse lo suficiente de tierra firme como para saber que cualquier contratiempo debería resolverse in situ, en medio del océano y muy lejos de casa, con los recursos al alcance de la mano. Aunque nadie sospechaba que lo peor pasaría muy cerca de la costa, en la peligrosa zona rocosa de la Brava de Punta del Este.
El primer golpe del casco contra las rocas fue atronador. Hizo temblar toda la estructura del San Rafael. La quilla y parte del codaste cedieron y el agua comenzó a introducirse a borbotones, inundando las bodegas en las que viajaban, celosamente resguardadas, las municiones de Su Majestad y buena parte de la carga. Los hombres escapaban por las escaleras hacia la cubierta superior cuando un segundo golpe contra una saliente hizo que la superestructura volviera a estremecerse. A esa altura, los tripulantes solo podían aguardar por un milagro. Las cartas estaban echadas para el navío español, que terminó siendo devorado por las aguas.
Barcos sumergidos.
El 31 de julio del año 2000, el diario Correo de Punta del Este daba cuenta que el gobierno uruguayo había otorgado autorización a un empresario argentino para “explorar los alrededores de la Isla de Lobos y del islote cercano a esta, con el objetivo de dar con el paradero de los restos de tres navíos siniestrados siglos atrás y luego retirar parte de la carga y otros elementos que aún se encontrarían en el lecho marino”.
El periódico anotaba que “entre los barcos en la mira de los exploradores submarinos se encuentra la fragata española Gaditana, una nave matriculada en Cádiz que se hundió en la restinga de la Isla de Lobos en el año 1795, cuando cumplía una misión de carga hacia el Reino de España”.
El empresario era Rodolfo Filippelli, quien nació en Mar del Plata y rápidamente se mudó a Buenos Aires. Allí se dedicó a la venta de instrumentos de electrónica naval. Luego se radicó en Maldonado, donde logró recuperar valiosos objetos de La Gaditana y el Ganges (1790), ubicando además al San Rafael.
Todos esos elementos estuvieron bajo su custodia durante muchos años y, pese a que la Justicia lo autorizó a venderlos, nunca se pudo concretar.
Según explicó Filippelli a Revista Domingo, actualmente desconoce cuál es el paradero de los lotes y el estado de los mismos, luego de haberlos tenido bajo su protección durante seis años. Desde su garaje que estaba ubicado en la zona del puerto de Punta del Este, fueron a parar a manos de la empresa que tuvo el permiso de rescate originalmente, de la cual el rescatista se desvinculó hace muchos años.
El 20 de mayo de 2007, la jueza letrada de Maldonado Alicia Moré dictó una sentencia “anticipada e inapelable” que autorizó la venta de unos 100 lotes recuperados por Filippelli. Con la especificación de “anticipada” se entendía que el remate debía hacerse lo antes posible, para evitar que los costos de manutención de las piezas pudieran superar lo que se obtuviera de la subasta.
Filippelli fue, hasta 2003, titular de la firma Fax Electrónica SRL, que obtuvo de Prefectura dos permisos para trabajar en las inmediaciones de Isla de Lobos. A partir de esa fecha, el particular hizo una cesión del 100% de las cuotas sociales de la empresa a un argentino de nombre Ricardo Rioja, quien formó otra Sociedad de Responsabilidad Limitada.
“Cuando dictó sentencia la doctora Moré, se presentaron ante ella dos marineros con un escrito y le dijeron que lo del remate no iba. También vino el rematador Horacio Castells y se interesó por todo, pero la subasta no se pudo hacer. Y se cambió de depositario de los objetos, los cuales fueron entregados al anterior concesionario, que nunca les había hecho mantenimiento”, indicó.&nbsp;
Tragedia en la Mansa.
El Salvador (nombre paradójico si los hubo) había partido del puerto de Cádiz con destino a Montevideo, transportando casi toda la oficialidad y tropa del 29º Batallón del Regimiento de Albuhera (Extremadura) y un destacamento completo de soldados. La intención de las autoridades españolas era reforzar la guarnición de Montevideo, el último bastión de la Corona en el Virreinato del Río de la Plata. Aunque esas tropas tenían otro destino, el rey de España decidió desviarlas a Montevideo tras el primer sitio de la ciudad.
Desde que ingresó al estuario, en agosto de 1812, el Salvador no cometería más que desatinos.
Luego de tres meses de viaje, el capitán no sabía si Montevideo se encontraba en manos de los españoles, por lo que decidió auscultar las posibilidades de un eventual desembarco en la Isla Gorriti (entonces Isla de Maldonado). Ancló allí, y luego corrió el buque a unas tres millas de Punta Ballena.
El 31 de agosto amaneció con llovizna y neblina, pero el tiempo empeoró rápidamente, al punto que el Salvador fue arrastrado por el viento y la marea, con el ancla garreando, a cuatro millas del sitio en el que había detenido su marcha.
El capitán presintió lo peor y tomó la decisión de ingresar el barco en la bahía, encallándolo en una infeliz maniobra contra el bajo conocido como “del monarca” (por el naufragio del buque inglés HMS Monarch ocurrido pocos años antes), donde fue abatido por la tormenta.
El Salvador transportaba cerca de 700 personas. Solo 130 lograron salvarse alcanzando la costa.
¿Cómo pudieron morir casi 600 personas y sobrevivir 130 de un naufragio ocurrido a 300 metros de la playa Mansa de Punta del Este? La explicación es sencilla: en esa época, pocos sabían nadar.
El sorprendente hallazgo de este barco fue realizado en la década de 1990 por los buzos Héctor Bado (fallecido en 2017) y Sergio Pronczuk.
“Cuando llegamos al Salvador tuvimos mucha suerte, porque justo estaba descubierto. Es evidente que todo se conservó porque estuvo tapado por la arena. Y no sabemos cuánto hacía que se había destapado”, comentó Pronczuk a Revista Domingo.
El experiente buzo tuvo una larga carrera de rescatista junto a Bado, a quien también acompañó en la recuperación de piezas del Graf Spee (cañón antiaéreo, telémetro y águila), y en la exitosa búsqueda del avión de Air Class de 2012, perdido con dos tripulantes a bordo. Juntos, lograron en 48 horas lo que la Armada Nacional no había podido hacer en 44 días: hallar el aparato siniestrado y su caja negra. Y no cobraron por ello.
Pronczuk conoció a Bado cuando este era compañero de clase de su hermano, en el Instituto Crandon. Y de ahí en más permanecieron unidos por una misma pasión: el buceo y los rescates submarinos.
“Nos pusimos a hablar del tema y empezamos a hacer cosas juntos a mediados de la década de 1980. En un principio no teníamos equipos, pero Héctor era dueño de una lancha y nosotros en el taller teníamos un compresor. El viernes le sacábamos el motor eléctrico y le poníamos uno a nafta. Cargábamos el compresor en la camioneta y nos subíamos a la lancha. Buceábamos ‘de manguera’, porque no teníamos tanques ni nada”, recuerda.
“Con el tema de la caza submarina ya había empezado a ver restos de barcos. Y ahí es cuando te pica la curiosidad de saber cuáles son. Lo primero que encontramos fue el libro Maldonado y su región, de Carlos Seijo, donde hay una lista interminable de naufragios. Así fue como empezó la búsqueda de los barcos”, agrega Pronczuk.&nbsp;
El preferido de Nelson.
Fue Sergio Pronczuk quien tuvo la suerte de toparse con los restos del Agamemnon, que se dice fue el buque “preferido” del almirante inglés Horacio Nelson, además de una de las piezas que utilizó para su demoledora estrategia en la batalla de Trafalgar de 1805, que logró impedir una invasión de Francia a Inglaterra
Algunos años después de la muerte de Nelson (quien perdió la vida en Trafalgar), el Agamemnon tenía base en Río de Janeiro y había puesto rumbo al sur ante la sospecha de que había barcos de guerra franceses en el Río de la Plata.
Desde hacía mucho, el HMS (His Majesty’s Ship) Agamemnon gozaba de una curiosa fama, tras haber sido escenario de uno de los romances más sonados de Europa, el de Lady Hamilton y Nelson, producto del cual nació una hija, Horatia, que perpetuó la sangre del almirante y el recuerdo de una relación escandalosa.
De acuerdo a las denominaciones que se utilizaban en la época, el Agamemnon era un barco “de línea” y de “tercera clase”, por ser una unidad diseñada para combatir en una formación lineal, junto a otros buques, como plataformas flotantes de cañones, y por transportar 64 piezas de artillería.
“Los trabajos en el Agamemnon y el Salvador prácticamente los hicimos al mismo tiempo, porque a veces en uno había visibilidad y en el otro no, pese a que hay unos 800 metros de distancia entre uno y otro. Lo que ocurre es que cambian las mareas y uno está más hondo que el otro”, recuerda Pronczuk.
La pérdida del Agamemnon frente a Punta del Este no dejó víctimas, pues el barco -cuyo casco estaba en muy mal estado- se fue hundiendo de a poco, posiblemente al desfondarse tras dar varios golpes contra el fondo. Pero su naufragio, por la importancia que tuvo el navío en una época de oro de la Marina inglesa, forma parte de uno de los capítulos más memorables de la historia de Maldonado.
Aunque también se lograron recuperar casi todos los objetos de valor mientras el buque se iba anegando con el paso de los días, su capitán, Jonas Rose, debió soportar una corte marcial dos meses después en Río de Janeiro.&nbsp;
Las joyas de la Corona
En 2018, el Ministerio de Defensa y los rescatistas llegaron a un acuerdo para dividir en dos partes los cerca de 5.000 objetos recuperados del Agamemnon y del Salvador. En la parte que corresponde al Estado, la pieza más importante es un cañón del buque inglés que fue izado del fondo del mar el 22 de marzo de 1997 y que desde entonces se encuentra bajo custodia de la Armada. Se sabe que este cañón, que se exhibe en el Museo Naval del Buceo, participó de la última gran batalla de barcos de madera librada cerca del cabo Trafalgar.
En tanto, en la parte que podrá ser vendida destaca un sello que perteneció a Nelson, con el que el almirante lacraba su correspondencia personal. Hallarlo entre los restos de un barco que se hundió hace 200 años y cuatro años después de la muerte de Nelson, fue como encontrar una aguja en un pajar.
La subasta de las piezas se hará en mayo en la casa especializada en antigüedades Zorrilla, pero ya ha tenido repercusiones en España.
En una nota publicada en enero de este año por el diario ABC, se afirma que “el reparto entre el Ministerio de Defensa y los cazatesoros repugna a la comunidad científica y supone un fraude de ley contra la protección del patrimonio”.
“Desgraciadamente, cuando los cazatesoros llegan a un acuerdo con parte de un gobierno, la historia acaba pagándola la sociedad, que asiste impotente a la pérdida del patrimonio”, agrega la publicación.
Investigaciones con respaldo del Estado uruguayo
En 2017, a iniciativa de la Comisión de Patrimonio, el experto japonés en fotografía subacuática Kotaro Yamafune estuvo realizando un relevamiento de los buques históricos naufragados en la bahía de Maldonado. Su trabajo fue tomado como insumo para una producción de la National Geographic, que también visitó el departamento fernandino.
Uno de los técnicos de la Comisión de Patrimonio que trabajó en el proyecto fue Valerio Buffa, quien entonces dijo a El País: “Se solicitó un presupuesto a la National Geographic para hacer un relevamiento en 3D”. “Esto es una iniciativa de dos arqueólogos de la Comisión, que somos Alejo Cordero y yo”, precisó.
Cordero, por su parte, explicó que Yamafune llegó a Uruguay por un intercambio académico, para “hacer un relevamiento del estado de situación de los yacimientos arqueológicos (pecios) de la bahía, después de haber sido intervenidos por particulares”. Esta tarea, precisó, fue realizada para el Ministerio de Defensa.
A su vez, Buffa señaló que buceó sobre los restos del Agamemnon, descubiertos años antes por Sergio Pronczuk. “Está bastante descubierto y bien de conservación, se puede acceder a varias partes. La madera está bastante bien”, informó.
“La idea no es la recuperación de materiales, sino la preservación de los naufragios en su sitio. Y luego hacer exhibiciones al público en general con las imágenes que se obtengan”, explicó el profesional.
Cordero y Buffa trabajaron también en la investigación que se realizó en el río Uruguay en el área del Frigorífico Anglo. El equipo estuvo integrado también por el geógrafo español Francisco Martín y la arqueóloga local Andrea Castillo.

Barcos que recuerdan el tráfico de esclavos, la gloria de Inglaterra en la batalla de Trafalgar y la peor tragedia marítima del Río de la Plata.

Un museo bajo las aguas: naufragios emblemáticos en Punta del Este

Como es habitual, desde la Dirección General de Turismo de la Intendencia de Maldonado se coordinó y apoyó la importante tarea que se desarrolla en los Centros de Información Turística.
Las consultas fueron efectuadas en un 97 % por uruguayos provenientes -en su mayoría- de Montevideo y Canelones, seguidos por turistas de Salto, Paysandú y Colonia que en gran parte vacacionaron por primera vez en Punta del Este.
Durante enero y febrero las informaciones más requeridas consistieron en paseos al aire libre y posibilidades para visitar parques e islas (horarios y precios), así como los lugares para almorzar o cenar preferentemente en espacios abiertos, horarios de transporte, ubicación de baños y duchas públicas, entre otras consultas.
En el mes de diciembre, fueron frecuentes las consultas sobre requerimientos para ingresar y salir de Uruguay (principalmente por parte de argentinos), trámites migratorios y puntos habilitados para realizarse el análisis de PCR.
Es relevante destacar que los informantes cumplieron un rol importante en materia sanitaria al hacer hincapié en los protocolos y aforos aplicables en cada uno de los espacios recomendados o consultados para visitar.

Se trata del equivalente al 30 % del total de las consultas que realizaron los visitantes en la anterior temporada estival. De esas 3566, el 83 % se hizo en modo presencial mientras que el 17 restante consistió en consultas telefónicas. La atención al turista en el departamento se brindó en Punta del Este, La Barra, José Ignacio, Piriápolis y Aiguá.

Centros de Información Turística recibieron 3566 consultas durante esta temporada

En momento de crisis Uruguay siempre es observado por el argentino con cariño. Esto pasa también en el mercado de bienes raíces. Si bien durante todo el año pasado hubo boom de consultas por parte de argentinos para comprar un inmueble del otro lado del río, muchas no llegaron a concretarse por el cierre de frontera que rige como consecuencia de la pandemia. Lo cierto es que las desarrolladoras uruguayas ofrecen desde el pago en pesos, financiación, hasta la posibilidad de permuta para reconquistar al público argentino y lograr que las operaciones lleguen a su fin.
"Nosotros como desarrolladora, evaluamos con algunos clientes la posibilidad de pagar en pesos en la Argentina y más que nada buscamos darles asesoramiento a los inversores, sobre todo a aquellos que no tienen cuentas en el exterior", describió Ricardo Mataloni, director comercial de la desarrolladora Vitrium Capital. "Se está comercializando muy bien con los argentinos, en nuestro caso aceptamos pesos pero tomando como referencia el dólar contado con liquidación, para comprar lotes de Carmelo Golf, un lugar que la mayoría está eligiendo para vivienda permanente", agregó Mataloni.
La realidad es que el pago en pesos se da en algunos casos puntuales pero casi la totalidad de las operaciones se están celebrando en dólares. "Sabemos que hay ciertas desarrolladoras, que operan en ambos países, que están aceptando la divisa argentina. En nuestro caso sólo nos manejamos con dólares, pero ofrecemos ciertas facilidades para reencontrarnos con el público argentino", agregó por su parte Teofilo Banchero, CEO de la desarrolladora uruguaya Banchero Real Estate.
Entre las facilidades se encuentra la financiación "se da en el caso de los proyectos en obra, pedimos en general un 30% del total a la hora de ingresar a la compra. Luego se abona en cuotas con la posibilidad de extenderlas hasta después de haber entregado el inmueble", detalla Banchero que contó que el mes que viene comienzan a construir un nuevo edificio de 48 unidades en el centro de Montevideo y que "39 unidades ya se vendieron a argentinos".
También crecen las permutas entre diferentes ciudades uruguayas. "Tenemos muchos clientes que nos piden hacer un cambio de propiedades entre inmuebles en Punta del Este y Montevideo", remarca Banchero.
"Este tipo de negocio de permuta está creciendo. Recibimos muchas consultas y pedidos, pero lo cierto es que no es rentable ni atractivo para una desarrolladora. Sí para las inmobiliarias", explicó Fabián Kopel, director de Kopel Sánchez.
Entre los inversores, también están quienes buscan cambiar de vida. "Los bancos están ofreciendo créditos para no residentes que son muy bien aceptados por los argentinos", comenzó describiendo Kopel. Se trata de préstamos de hasta el 70% del valor total de la propiedad con el fin de tener la residencia uruguaya. "Son en tasa fija, en dólares al 6%. Son muy buscados sobe todo por aquellos que quieren venir a vivir al país y lo buscan para una inversión en pozo. De esa forma tienen financiadas las cuotas y la residencia en Uruguay", explicó el especialista.
Si bien todos los corredores inmobiliarios consultados coinciden en que el mercado argentino se mantiene muy activo, estiman que con la apertura, por lo menos parcial, de la frontera se producirá un boom de operaciones. "Hoy hay movimiento, porque hay mucha flexibilización, pero el inversor nuevo no se anima a comprar en este contexto. Por eso esperamos que con el paso de los meses, con una flexibilización en las medidas, haya un boom fuerte en las operaciones", concluyó Kopel.

Además hay financiación por parte de las desarrolladoras y por los bancos destinados a los no residentes.

Inmobiliarias en Uruguay apelan a permutas y aceptan pesos para reconquistar a inversores argentinos

A lo tropiezos, pero sigue adelante. La escena inmobiliaria del otro lado del Río de la Plata pelea por no desinflarse y Punta del Este, golpeada con contundencia por una pandemia que derivó en un cierre prolongado de fronteras por parte de Uruguay, reacomoda sus fichas y propuestas con vistas a seguir atrayendo la inversión argentina.
Cuentan con un viento a favor: la recesión económica de este lado del "charco", que desalienta la inversión en el país y empuja la mirada de los "tenedores" de dólares fronteras hacia afuera. Además, existe una incertidumbre respecto del escenario cambiario y político que, según señalan los comercializadores, también parece alentar el movimiento de los capitales hacia otras latitudes.
Precios más bajos 
En ese contexto, en el destino uruguayo se siguen promoviendo emprendimientos con el énfasis puesto en aquellos inversores que buscan un cambio rotundo en términos de calidad de vida. Uno de los ganchos está en la baja de precios que exhibe el mercado: según Reporte Inmobiliario, tras cuatro años de suba consecutiva, 2020 cerró con una merma promedio en los valores superior al 7,5 por ciento.
"Si se analiza qué pasó con los precios por zona podemos observar distintos comportamientos en las distintas áreas de Punta del Este. Los desarrollos ubicados en La Brava se retrajeron un 6,82% -a u$s5.528-, los que se ubican el La Mansa 12,7% -4.223-, la tasa de caída más marcada. Los ubicados en la zona de La Punta se retrajeron 4,5%, hasta llegar a los 3.504 dólares el metro cuadrado".
"Los inmuebles ubicados en primera línea frente al mar fueron, en este caso, los que mejor defendieron sus cotizaciones, con una baja del 2,43% llegando su valor promedio a los u$s5.104 el metro cuadrado. Si comparamos las cotizaciones de desarrollos ubicados frente al mar -primera línea- con los que no lo están la diferencia es muy importante: cotizan, en promedio, 61,4% más arriba que los que no poseen frente a la costa", añade.
Entre los emprendimientos con mayor proyección se ubican propuestas como Surfside, un complejo de 7 torres de 24 pisos valuado en 500 millones de dólares.
La iniciativa, ubicada en la parada 37 de La Brava y motorizada por Tiburón Desarrollos, ya tiene avanzada justamente una de sus torres y exhibe como particularidad que el 80 por ciento de sus inversores son argentinos. El 20 por ciento de los propietarios adquirió una unidad para vivienda permanente.
"El precio promedio del metro cuadrado depende de la altura de cada unidad. Pero van de los 2.500 dólares a los 5.500, con una oferta de unidades de 85 a 423 metros cuadrados. El proyecto cuenta con una financiación de 120 cuotas o, en todo caso, 240 cuotas para los clientes del Banco Santander", señaló respecto de este proyecto Alejandra Covello, titular de la comercializadora homónima.
A la par de esta propuesta, según constató Reporte Inmobiliario, en Punta del Este suman hoy 27 los desarrollos inmobiliarios en etapa de obra o recientemente terminados.
Con relación a quien hoy sigue de cerca las propuestas de Punta del Este en términos de ladrillo, Omar Oyhenart, country manager de Century 21 Uruguay, afirmó que el perfil del inversor cambió por completo a partir de la pandemia.
¿Quién compra?
"Hoy no sólo el comprador es el típico veraneante que desea tener una propiedad en la playa y que espera, con el correr del año, desquitar los costos con alguna renta anual o temporal. En la actualidad existe un interés creciente en unidades como vivienda permanente o semi permanente", dijo el entrevistado.
"También se piensa al mercado de propiedades de Punta del Este como una forma de diversificar activos, ubicando parte del patrimonio en un mercado estable y con tasas de rentabilidad superiores", añadió.
Oyhenart sostuvo que "la inversión promedio puede ser muy variada: tierras, chacras, más recientemente los condo hotel inclusive con tasas mayores y, obviamente, los departamentos". Para enseguida agregar: "Si tuviéramos que ubicar específicamente inversión contra rentabilidad, los mejores resultados estarían por debajo de los 180.000 dólares".
El directivo de Century 21 Uruguay señaló que, en términos de consultas y operaciones que se cierran, las operaciones corren por cuenta, mayormente, de un público conformado por "empresarios, médicos, abogados, jóvenes con altos ingresos provenientes del mercado informático y profesionales universitarios en general".
Por su parte, Alejandra Covello aseguró que el segmento de conforman los profesionales jóvenes es el que está más "tentado" a vivir en Punta del Este. "Hacen home office, se animan a vivir tanto en departamentos de distintos tamaños como en pequeñas casas en La Barra. O en departamentos frente al mar. Pueden hacer su trabajo desde cualquier parte del mundo y deciden quedarse en Punta del Este por la calidad de vida", comentó.
La experta comentó, además, que "los mayores prefieren la Punta, José Ignacio o el centro de la avenida Roosevelt por los bares, supermercados y shopping", mientras que el segmento con hijos en edad escolar "busca vivir en edificios con muchos amenities. El costo por la compra del inmueble, con comparación con Buenos Aires o San Pablo, hoy les implica un 30 por ciento menos" en términos de desembolsos.
En términos siempre de inversión, y en cuanto a la renta anual, fuentes del mercado señalan que puede rondar el 4 por ciento anual en dólares. Este indicador se exhibe un par de puntos por debajo de lo que, señalan los comercializadores, hoy genera Montevideo, otra plaza enfocada en captar dólares de argentinos.

El destino uruguayo no da el brazo a torcer, más allá de la pandemia, y busca captar el interés de los inversores extranjeros. Escenario y precios.

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